Tras una misa en la Iglesia de San Agustín, hubo hinchables, talleres, un escape room o cine
El Colegio Misioneras de la Providencia-Santa Teresa de Ciudad Rodrigo vivió una mañana de jueves totalmente atípica, ya que alumnos y profesores cambiaron las actividades lectivas habituales por unas mucho más lúdicas, para celebrar el 70º Aniversario que se cumplía exactamente este 2 de febrero de la aprobación de la Congregación de las Misioneras de la Providencia, que fue impulsada por el padre Joaquín Alonso.
Como explicó en la mañana del jueves la hermana Guillermina a Ciudad Rodrigo Al Día, la Congregación fue aprobada en el año 1953 en Salamanca, tres años después de que hubiesen empezado a vivir en Comunidad las primeras hermanas, todas ellas muy jóvenes (la última que quedaba viva falleció recientemente). Aunque Joaquín Alonso murió cuando la Congregación apenas llevaba 13 años de andadura (en un accidente de tráfico), y los comienzos no fueron fáciles, la entidad siguió para adelante, “con mucha confianza en Dios”, teniendo presencia en la actualidad en tres países.
En España, cuenta con colegios en Salamanca (donde también hay una casa de formación), Talavera de la Reina y Ciudad Rodrigo, y una residencia en Zamora, estando la Casa General, con la madre superiora, en Madrid. En Bolivia, la Congregación gestiona un gran colegio en Sucre (después de haberlo hecho previamente en dos localidades más pequeñas), que también incluye formación profesional. Y en Perú, poseen una casa de formación, además de atender colegios de la zona. En la actualidad, el Colegio de Ciudad Rodrigo cuenta con una hermana llegada desde Bolivia para un año de estancia (al igual que hace dos años hubo dos hermanas de Perú).
La jornada festiva de este jueves comenzó con una eucaristía en la Iglesia de San Agustín, donde se dieron cita los alumnos y profesores de los dos centros (el de la Avenida Conde de Foxá y el de la calle Velayos), excepto parte de los de la ESO, que se encuentran de viaje en París. La eucaristía, presidida por José María Rodríguez-Veleiro, contó con la ‘presencia’ del propio Joaquín Alonso y de varias hermanas misioneras ‘originales’.
Tras ello, los distintos grupos disfrutaron de varias actividades: dos hinchables (uno en el gimnasio y otro en el patio del centro de la calle Velayos, que se animaron a probar algunos profesores), talleres en varias aulas (en los que hicieron por ejemplo dibujos relativos al colegio), un escape room, sesiones de cine (una en el centro de Conde de Foxá y otra para los alumnos de la ESO en el Cine Juventud) o hasta un tiempo de juego en el Parque de La Glorieta.