Fueron investidos como matanceros de honor David Diez, vicerrector de la Universidad de Salamanca; Juan Manuel de Castro, vicerrector de la Universidad Pontificia; Eva Picado, diputada de Servicios Sociales y Juventud; Antonio Labrador diputado de Empleo y Desarrollo Rural; así como las peñas locales Deltoya y Escolgaos
Decenas de personas se sumaron este sábado 10 de diciembre a la Fiesta de la Matanza Tradicional en la localidad de Barruecopardo, evento incluido en el calendario de matanzas promocionado por la Diputación de Salamanca y que se desarrolló en una mañana de temperaturas suaves, con el cielo encapotado por momentos, pero sin lluvia.
La matanza tradicional de Barruecopardo tendría como protagonistas al gorrino, un cebón de 150 kilos de peso, y a los matanceros de honor, en esta ocasión a los vicerrectores de la Universidad de Salamanca y de la Universidad Pontificia, David Diez y Juan Manuel de Castro, respectivamente; a la diputada de Servicios Sociales y Juventud, Eva Picado; al diputado de Empleo y Desarrollo Rural, Antonio Labrador; y a las peñas locales Escolgaos y Deltoya.
La designación de los matanceros de honor fue el primero de los actos matanceros tras el 'paseíllo' de la comitiva desde el Ayuntamiento a la plaza Agustín Moro. Todos ellos recibían de manos del alcalde de Barruecopardo y diputado provincial de Deportes, Jesús María Ortiz, la medalla municipal como distinción de este nombramiento, una designación que todos aceptaron antes de brindar con vino de las Arribes.
Con los matanceros ya investidos, comenzaban las labores matanceras bajo los sones de la gaita y el tamboril y la animación de un actor contratado por la Diputación. Y mientras el matarife y sus ayudantes procedían al chamuscado del cerdo y su limpieza, al fondo de la plaza, los cocineros de Paellas David preparaban chichas, patatas meneás e hígado encebollado para dar de comer al público.
Además de los colaboradores en el despiece del cerdo, también cabe destacar la colaboración de un grupo de mujeres, de la Asociación de la localidad, encargadas de la limpieza de patas y rabo, y del reparto de dulces, vino y aguardiente entre el público.
Poco a poco el cochino iba desapareciendo del tajo y el varal iba llenándose con sus carnes, así hasta que fueran colgadas las dos hojas de tocino. Comenzaba entonces un taller de elaboración de chorizos para los niños y una degustación de hígado encebollado como aperitivo antes de la comida, momento que llegaría tras la subasta de las distintas partes del cerdo.
Como broche a la jornada, unas 250 personas dieron cuenta de la comida a base de carnes del cerdo. La tarde continuaría con una charla-coloquio que lleva por título ‘Vino y salud’ y que impartiría Carlos Moreno. También estaba prevista una degustación de vinos locales.
Para finalizar, a las siete de la tarde se procedía al encendido de la iluminación navideña y del árbol de Navidad, realizado por la Asociación de Mujeres de Barruecopardo e instalado en la Plaza Mayor del pueblo.