Castañas

Permanece todavía en nuestras carteleras el recuerdo de: “En otoño, castañas”. Es el aviso que nos daba a conocer que íbamos a tener en nuestra residencia la merienda del martes a base de castañas asadas. Oigo en la radio que hay hasta una máquina para cortar las castañas destinadas a asarse y convertirse en calbotes o calboches.

Esta celebración nos ha traído a muchos de nosotros recuerdos infantiles y juveniles, ya que nacimos y crecimos en los pueblos donde abundaban los castaños, sobre todo en la Sierra salmantina y sus cercanías. Otros árboles completaban nuestras vivencias juveniles, especialmente los robles y las encinas, que abundaban más en el campo charro.

Nos regalaban estos árboles sus ricos frutos: bellotas, nueces y castañas. Castañas que nos herían con los pinchos de los erizos, y nos ofrecían después el preciado fruto. Recuerdos y experiencias que no se olvidan, y que nos están reclamando el cuidado de nuestros campos.

El otoño, que por fin acaba de llegar, trayendo algo de lluvia y, por supuesto, el frío que preanuncia el invierno, nos remite a nuestra propia edad otoñal, anunciadora de la edad invernal, que afecta al invierno de los mayores que, en muchas personas llega incluso a superar los cien años. En nuestra casa, que cuenta con alguna más de cincuenta personas, dos señoras han superado ya esos cien años, en este caso incluso con una buena salud mental.

El otoño nos lleva también a la preocupación por el cambio climático, fruto de un envejecimiento de nuestras sociedades, sobre todo rurales, y a la decadencia de nuestros ambientes, que exigen un cambio de nuestras costumbres en la relación con el medio ambiente, que va preocupando cada vez más a todo el mundo, sobre todo a los empresarios, pero también a las familias, a los jóvenes y, en muchos casos, incluso a un buen número de políticos. Lo manifiesta el congreso mundial del medio ambiente, el COP27, que se está celebrando estos días en Egipto.

La 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, más comúnmente conocida como COP 27, ? se lleva a cabo del 6 al 18 de noviembre de 2022 en Sharm el-Sheij, Egipto. El 8 de enero de 2022, la ministra de Medio Ambiente de Egipto, Yasmine Fouad, se reunió con el presidente de la COP 26, Alok Sharma, para discutir los preparativos de la conferencia. Los organizadores egipcios aconsejaron a los países que dejen de lado las tensiones por la invasión rusa de Ucrania en 2022, para garantizar que las negociaciones sobre el clima tengan éxito.

Las posibles medidas contra el cambio climático se discutieron en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2022, y en ella Dinamarca y Escocia anunciaron medidas de financiamiento climático para los países en desarrollo. El 14 de octubre de 2022, el gobierno escocés pidió reparaciones climáticas en la COP27, señalando que éstas son una "responsabilidad moral".? En una reunión previa a la COP27 en octubre de 2022, el secretario general de la ONU, António Guterres, señaló enfáticamente la importancia de la conferencia, dados los impactos del cambio climático observados en 2022, como fueron las inundaciones en Pakistán, las olas de calor en Europa y el huracán Ian.

La conferencia será la primera COP que tendrá lugar en África desde 2016, cuando se celebró la COP22 en Marrakech. Estados Unidos decidió apoyar las conversaciones sobre el clima en la COP27 e intentará ayudar a los países más afectados por el cambio climático.

Una semana antes de la cumbre, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente publicó un informe que describe cómo "no ha habido un camino creíble" para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C y que los esfuerzos de mitigación desde la COP26 celebrada en París habían sido "lamentablemente inadecuados".

El Papa Francisco se halla comprometido con limitar el cambio climático, e invita a todos a implicarse en esa línea, poniendo en marcha el Movimiento “Laudato si”, incluso con una encíclica del mismo título. Es más, está lanzando una película titulada “La carta”, en la que él mismo participa.

Una delegación del Movimiento Laudato Si’ está presente en esta COP. ¿Por qué los católicos debemos preocuparnos por la COP 27? Porque lo exige nuestra fe. La crisis ecológica y la emergencia climática están destruyendo la creación de Dios y nuestros hermanos y hermanas más pobres y vulnerables son los que más sufren. La película La Carta nos ayuda a dar a conocer la encíclica Laudato Si’ y los esfuerzos de los católicos para cuidar de la casa común.