Sábado, 11 de enero de 2025
Volver Salamanca RTV al Día
Metaverso
X

A MENOS

Metaverso

Actualizado 22/10/2022 09:57

“Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,

humaredas perdidas, neblinas estampadas,

¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,

qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!"

RAFAEL ALBERTI, ‘Nocturno’, en De un momento a otro, 1939.

En el imparable universo de la innovación tecnológica, el último concepto que se impone es el llamado metaverso, un conjunto de técnicas y tecnologías disruptivas y emergentes, como el blackchain, la inteligencia artificial y la realidad virtual, con las que se está creando un universo de participación colectiva e individual en modo de inmersión total a través de avatares personalizados, en el que será posible, en el corto plazo, la celebración y participación en reuniones de trabajo, eventos deportivos, musicales o culturales de todo tipo, así como la ininterrumpida interacción, intercambio, relación y socialización con otros participantes virtuales. Empresas tecnológicas de todos lo ámbitos están en la actualidad colaborando para desarrollar aplicaciones y herramientas que den forma a este ecosistema virtual, además de incorporar la nueva economía basada en mecanismos de financiación como las bitmonedas y otros sistemas virtuales de gestión económica.

Uno de los principales impulsores del metaverso, la compañía Meta, antigua Facebook, anuncia ya, por ejemplo, que, en el metaverso “los estudiantes aprenderán historia viajando en el tiempo, lo que tendrá un impacto positivo en la educación (...) ya que los estudiantes podrán viajar a la antigua Roma y descubrir la historia en primera persona”. Estas inquietantes y casi escalofriantes afirmaciones, ni adornadas con los cantos de sirena de las bondades del desarrollo tecnológico y del metaverso, dejan de ser una amenaza, esta tal vez mucho más alarmante, de la inacabable manipulación de la enseñanza cuyos crecientes abaratamiento y trivialización no han conseguido frenar anteriores avances tecnológicos.

A la manipulación que a los contenidos de la enseñanza someten los intereses políticos, económicos y electorales, viene a unirse el anuncio de una enseñanza “en avatar”, es decir, la creación de alumnos digitales interconectados mediante tecnologías cuyos escenarios (mundos también digitales), serán creados, diseñados, financiados y, por tanto, controlados en sus contenidos por los intereses propios de esos creadores.

Si avances tecnológicos tan esperanzadores y efectivos han contribuido tanto a mejorar inmensas áreas de la sociedad que apenas pueden reconocerse los instrumentos y usos de no hace más de una o dos décadas en cualquier disciplina o profesión, desde la medicina a la arquitectura, pasando por la agricultura, la energía, la creación plástica o los procesos fabriles y administrativos del universo empresarial, económico o tecnológico, no ha sido así en la parcela específica de la enseñanza.

En cualquiera de los niveles académicos, estos avances solo han supuesto un cambio epidérmico en el uso de materiales, mecanización de controles, optimización de medios u organización, pero apenas, o nada en absoluto, en los atávicos y profundos procedimientos de la enseñanza. Basados en puntuaciones de memorización, evaluación de la homogeneidad, cumplimiento de inamovibles objetivos y juicios de valor sobre resultados puntuales (tanto del alumnado como del profesorado), siguen repitiéndose, con pizarras digitales, sí, computadoras para cada alumno, sí, comunicación digital personalizada, sí, plataformas de padres y patios de vecindad digitales de docentes, sí, o tendederos electrónicos consejeriles de obligatoria visita que cuelgan (dictan) proyectos que llaman colectivos, no más amontonamiento de los individuales, los mismos cansinos métodos de enseñanza, idénticas alzas de tarima verbales (y físicas), disciplinas del XIX y normas igual de viejas, y una indestructible pirámide formal de burocracia autoritaria, contenidos ajenos, procedimientos repetidos, caprichos, ocurrencias, modas y presuntuosos autohomenajes de fin de curso.

No es de extrañar, pues, que el anuncio de que el metaverso será utilizado e implementado en la enseñanza, provoque algo más que inquietud , a juzgar por lo mal que se han digerido y rumiado algunos otros avances tecnológicos en el aulario de este país. Poco sentido tendrá que el alumno pueda asistir por medio de su avatar, a una conferencia del mismo Sócrates, o que pueda interaccionar con Nietzsche, si la creación de los avatares de estos pensadores ha sido diseñada de acuerdo con el mismo interesado objetivo e idéntica manipulada intención con el que hoy se redactan la mayoría de los libros de texto. Solo como juego podría contemplarse la participación del alumnado en el metaverso de una batalla histórica, si el valor, el sentido, el significado o la misma existencia de Waterloo o Brunete ya ha sido decidido por algoritmos interesadamente cepados, diseñado por procesos de inteligencia artificial perfectamente orientados o implementados en una realidad virtual de inputs estrictamente seleccionados.

El metaverso en la enseñanza, cuyas posibilidades podrían alcanzar niveles muy positivos, necesitaría, como cualquier elemento de formación, educación y maduración sociales, previos análisis y controles de aplicación, que no deberían estar en manos de operadores económicos, empresariales o políticos, sino de entidades pluridisciplinares especializadas en la enseñanza y la educación, independientes, sin ánimo de lucro y financiadas por los estados. Eso, al menos, garantizaría que el metaverso aplicado en enseñanza a la formación pública académica, cultural y humana, no sería un ciberjuego más y mucho menos una formidable herramienta de manipulación. Tal vez, antes de todo eso, sería preciso volver la vista atrás y laborar para que los elementos tecnológicos hoy ya utilizados en las aulas, sirvieran para algo más que la comodidad. Que parece que, todavía, no.

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.