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Más de 250 ganaderos protestan contra la vacunación obligatoria negándose a acometerla
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CIUDAD RODRIGO | PROTESTA

Más de 250 ganaderos protestan contra la vacunación obligatoria negándose a acometerla

Actualizado 19/10/2022 15:43
David Rodriguez

Trasladando por ejemplo que es un sinsentido la vacunación teniendo en cuenta que vienen heladas, durante la protesta iniciaron una recogida de firmas

Más de 250 ganaderos se concentraron en la mañana del miércoles en Ciudad Rodrigo para protestar contra la vacunación obligatoria decretada por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León para 370.000 cabezas de ganado (de las unidades veterinarias de Ciudad Rodrigo, Sequeros, Tamames, La Fuente de San Esteban y Lumbrales) tras detectarse un caso de Lengua Azul en una explotación centinela de ovino situada en Águeda.

La protesta tuvo lugar en la Unidad Veterinaria de Ciudad Rodrigo, a cuyas puertas fueron llegando los ganaderos hasta que en un momento dado pasaron al interior del recinto (todo ello vigilado de cerca por varias dotaciones de la Guardia Civil y la Policía Local). Una vez en el recinto, salieron a recibirles varios miembros de la propia Unidad Veterinaria, quienes intentaron darles explicaciones, que en ningún momento dejaron satisfechos a los concentrados, que de hecho acabaron por transmitir su negativa a vacunar su ganado.

En lo que respecta a esas explicaciones, los miembros de la Unidad Veterinaria apuntaron en primer lugar que en la tarde del martes ya hubo una reunión para informar de la situación en Salamanca capital entre el viceconsejero de Política Agraria Comunitaria y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, Juan Pedro Medina, y organizaciones ganaderas, cooperativas y otros colectivos, preguntando uno de los concentrados qué ocurre con los que no forman parte de ninguna organización ganadera.

A continuación, se relató cómo fue el proceso de detección del caso de Lengua Azul en una explotación de Águeda, a partir del cual se han detectado varios más en otras explotaciones, provocando que ya haya “varias ovejas muertas”. Según los miembros de la Unidad Veterinaria, estos ganaderos afectados “se pusieron contentos cuando vieron intervenir a la Administración”. Una vez confirmado el positivo por el Laboratorio Central de Veterinaria situado en Algete (Madrid), se ha puesto en marcha el protocolo oportuno, decretando el Ministerio la inmovilización y vacunación del ganado a 100 kilómetros a la redonda, pero “Valladolid consiguió que quedara reducido a 50 kilómetros”.

A día de hoy, “ya están movilizados todos los equipos” para llevar a cabo la vacunación en 40 días, expresando que “todo se ha montado en 8 días para que en un mes el movimiento de los animales sea libre”, añadiendo que más de 20 explotaciones de vacuno han solicitado la vacunación inmediata para sus animales. Para todo ello, se están preparando hasta un millón de vacunas, de las cuales ya hay 300.000 disponibles para empezar a suministrarlas.

Además de parecerles “raro que en 8 días esté todo listo”, los ganaderos concentrados (entre los que había varios cargos políticos que cuentan con ganado) transmitieron directamente que “estamos aquí porque no queremos esto”, siendo su principal preocupación los efectos secundarios que puede tener esta vacunación contra la Lengua Azul en sus animales, en forma de muertes o abortos, preguntando en voz alta si “alguien se va a hacer cargo”.

Los miembros de la Unidad Veterinaria replicaron que “nosotros sólo aplicamos la ley, nosotros no tenemos poder para modificar los reglamentos”, mencionando incluso que “si mañana nos dieran libertad, mucho mejor”. Ante ello, los concentrados expresaron que “eso es lo que buscamos, cambiar la norma”, diciéndoles a los miembros de la Unidad Veterinaria que “no nos apoyáis” (otro convocado dijo que “lo que hacéis es asustar”).

Otro de los argumentos más claros expuestos por los ganaderos es que “mañana seguramente helará”, por lo que el mosquito que transmite la Lengua Azul morirá de forma natural, sin necesidad de vacunación, que abarca a un total de 260.000 cabezas de bovino y 110.000 de ovino (también se preguntó por qué hay que vacunar al bovino si el problema ha surgido en las ovejas, dándose como respuesta que este virus afecta a todos los rumiantes).

En un momento dado, uno de los concentrados preguntó también en voz alta qué pasaría “si nos negamos a vacunar” (las cabezas de ovino deben recibir una dosis de la vacuna, y las de bovino, 2, con un intervalo de 3 semanas), contestándole los miembros de la Unidad Veterinaria que “si no se vacuna, no se puede mover” (sí está permitida la movilización del ganado al matadero, mientras que los movimientos para vida sólo se permiten con PCR negativa).

Esta postura fue un poco más allá, de tal modo que se hizo un ‘referéndum de palabra’, preguntándose a los concentrados si querían vacunar, a lo que todos dijeron al unísono que “no”, por lo que se quiso dejar constancia (“para que tome nota la prensa”) de que “no vacunamos”, añadiendo que “nos estáis llevando a la ruina”. Para reafirmar esta postura, en ese mismo momento se inició una recogida de firmas contra la vacunación obligatoria, plasmando su rúbrica todos los concentrados, tras lo cual se fueron marchando poco a poco del lugar.