Aumenta la bibliografía albense

Si hojeamos con detalle el libro en torno al doctorado “honoris causa” teresiano del 1922, nos damos cuenta de alguna particularidad que toca muy en particular a la villa. Y es, por ejemplo, que en él, tienen parte importante dos estudiosos albenses bien conocidos: el carmelita Manuel Diego, y el dominico Lázaro Sastre.

Los suyos son estudios originales sobre el tema. Y no deja de ser importante que Manuel Diego analice y documente aquella jornada regia albense del 8 de octubre de 1922 (pp. 55-80), que el domingo pasado 9 de octubre se recordó en la villa mediante una esmerada y brillante teatralización de tanta participación popular.

Seguro que estas páginas y otras investigaciones detalladas y puntillosas, que nos ha ofrecido en este último tiempo en conferencias y publicaciones, y hasta con artículos de periódico, todo ha servido para documentar históricamente los actos de hace un siglo que se evocaron en aquella jornada de encuentro con la historia. Nada sin refrendo histórico, aunque todo salió con una buena dosis de creatividad.

La portada del libro reproduce un cuadro reciente del artista Miguel Elías, que acaba de realizar otra tela muy parecida en estos días, aunque con variantes, destinada al CARMUS de Alba. Este pintor, dentro de las páginas interiores del libro aporta también algunos grabados teresianos, entre ellos uno con la vista del castillo ducal en su estado actual.

Y la parte documental, con actas y discursos de aquellos días memorables, que de ordinario son poco accesibles, nos permiten entrar dentro del acontecimiento y su justificación. Con estas páginas esa decisión tan original ahora resulta más creíble y justificativa del acierto de nuestros antepasados.