El Teniente Jefe Accidental de la Compañía, Jesús Arellano Manrique, se mostró muy agradecido por el tiempo que lleva en Miróbriga
Finalizada la eucaristía en la Iglesia de San Cristóbal, los agentes de la Guardia Civil de Ciudad Rodrigo, sus familias y las autoridades deshicieron el camino hasta el Cuartel, de una forma ya informal (de hecho, la imagen de la Virgen del Pilar hizo el viaje de vuelta en coche), para asistir a la parte más solemne en lo que corresponde a la propia Benemérita de los actos festivos. Para empezar, ofreció una alocución el Teniente Jefe Accidental de la Compañía, Jesús Arellano Manrique, quién tras subrayar que por fin retomaban todos los actos de celebración de la patrona tras la pandemia, hizo un balance de su llegada a la Compañía hace “poco más de un año”.
Al respecto, alabó en primer lugar la “acogida y amabilidad” que le ha brindado el conjunto de Ciudad Rodrigo. A continuación, mostró su agradecimiento a todas las entidades que trabajan con la Guardia Civil, empezando por el “inestimable apoyo y cariño que nos brindan los Ayuntamientos”, “la magnífica colaboración” con la Policía Local mirobrigense, el objetivo compartido con la Unidad de Extranjería y Documentación de Fuentes de Oñoro de “mantener el orden público y la seguridad ciudadana”, y la “magnífica colaboración transfronteriza que existe” con la Guardia Nacional Republicana.
De igual modo tuvo palabras para otros servicios que se prestan enfocados a “la seguridad y bienestar de nuestra sociedad”: Bomberos, Protección Civil, Agencia Tributaria, servicios sanitarios, Cruz Roja y servicios sociales, por contribuir al objetivo de “proporcionar un clima estable de paz y serenidad al conjunto de los ciudadanos”, mencionando por último a las empresas e instituciones que hacían posible la celebración.
Resaltando que es “un día especial, cargado de emociones para todos los guardias civiles y sus familias”, porque “es nuestro día”, tuvo unas “breves pero intensas palabras” –como él mismo las definió- para los agentes. Para empezar, señaló que era un “orgullo” que asistieran a los actos, agradeciéndoles este año “cargado de experiencias, buenas y malas”, en el que ha habido “momentos difíciles”, como el Carnaval o el incendio de Monsagro, pero que en ellos “se ha demostrado que la Guardia Civil va más allá de sus cometidos y posibilidades”. Así, les animó a que “sigáis por la senda del trabajo, la disciplina y el orden”.
Jesús Arellano Manrique tuvo palabras asimismo para “nuestros maestros”, los veteranos del Cuerpo, que desempeñaron su trabajo con “menos medios y en condiciones más precarias”, esperando que las nuevas generaciones de agentes les tomen como ejemplo. Este grupo de veteranos de la Guardia Civil tiene desde ahora un nuevo miembro, el Cabo 1º Félix Del Dedo Benito, que tal y como explicó Jesús Arellano, “hoy pone fin a más de 40 años en la Agrupación de Tráfico, y más de 49 años de servicio como guardia civil intachable, ejemplo de los principios y valores que son el fundamento de esta institución”, dándole por ello las gracias (los asistentes se sumaron a este agradecimiento con una ovación).
El Teniente Jefe Accidental de la Compañía de Ciudad Rodrigo se dirigió a continuación a las familias, “las que más sufren las penalidades” de su trabajo, por ejemplo teniendo que cambiar de colegio a los hijos a mitad de curso, agradeciéndoles así sus “renuncias en beneficio de esta institución”. Por último, tuvo un recuerdo para los guardias civiles que dieron su vida en acto de servicio o con motivo del mismo, mencionando expresamente a los dos agentes del Destacamento de Tráfico de Ciudad Rodrigo fallecidos en 2020 y 2021, José Antonio Salicio y Ricardo Sánchez Castro: “nunca os olvidaremos”.
En ese momento hubo vivas a España, el Rey y la Guardia Civil, antes de entrar en el segundo momento destacado del acto: la entrega de sendas condecoraciones a dos miembros de la Guardia Civil de Ciudad Rodrigo. Por un lado, se entregó la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil en categoría Cruz de Plata, por un servicio extraordinario, al Sargento 1º Alejandro Iglesias; y por otro lado se impuso la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil en categoría Cruz con Distintivo Blanco al guardia civil Juan José Sánchez Sánchez como reconocimiento a su trayectoria profesional.
Tras ello, hubo una ofrenda floral a los guardias civiles de todos los tiempos fallecidos, depositando un niño hijo del Cuerpo una corona de flores a los pies de la imagen de la Virgen del Pilar, mientras el presentador del acto, Miguel Ángel Zamarreño, daba lectura a una reflexión. Todos los presentes, en especial los agentes, cantaron una canción, antes de que el párroco de San Cristóbal, Rafael Caño, pronunciase un responso.
Como cierre, se cantó el Himno de la Guardia Civil y sonó el Himno de España, rompiendo filas los agentes mientras se gritaba de nuevo Viva España. A partir de ahí, agentes, familiares y autoridades disfrutaron de un vino de honor en el propio patio del Cuartel.