Arquitecturas complementarias y del común relacionadas con las vías pecuarias.

Los motivos del deterioro y degradación de las arquitecturas ligadas a la vida ganadera son múltiples: la fragilidad de algunos materiales, como entramados de madera y de cascote, adobe o tapial, ligereza de la construcción, la falta de uso muchas veces debido a los cambios tecnológicos, el abandono de los asentamientos agrícolas, sometidos a continuas emigraciones, el peligro posterior del retorno con aportaciones de nuevas formas de construir inadecuadas, nuevos tipos y costumbres y la decadencia de la trashumancia en su forma más tradicional.

Como en una extraña paradoja, lo tradicional a menudo se ha convertido en un lujo al alcance de pocos. Lo que en otros tiempos fueran modestos oficios tradicionales, como es el caso de no pocas labores artesanas, se consideran ahora actividades altamente especializadas y, por ello, costosas. La fabricación de materiales tradicionales como abobe, piedra, enmorrillados, esgrafiados, ahora sustituidos por materiales más modernos y económicos, requiere en la actualidad una formación profesional basas en conocimientos en su día muy extendidos y hoy patrimonio de pocos especialistas.

Urgen medidas legales de protección impositiva, de una parte, y de promoción y ayuda de otra.

Urge una valoración del patrimonio popular ligado a las vías pecuarias, basada en una concienciación de quien lo posee y en un reconocimiento de su importancia, dándolo a conocer al exterior. No sería la primera vez que una nueva mirada, el reconocimiento de lo propio desde fuera, constituyera la motivación para recrear el gusto por lo autóctono, lo auténtico y lo tradicional.

Dada la velocidad con que se produce la degradación urbanística, arquitectónica, y la dificultad que existe para frenarla con la misma rapidez, es posible que en un corto periodo de tiempo este trabajo sea historia, al menos parcialmente. Es, pues necesario que este catálogo se realice y se publique, para que el patrimonio popular se conozca y sea una forma más, un intento más de evitar su desaparición.

Foto: Robledo Hermoso (Villar de Samaniego) (Salamanca) Santiago Bayon Vera