El presidente de Cabeza de Horno no cree que la reducción de 400 Hm3 de agua afecte al abastecimiento en la zona salmantina, mientras que la CHD dotará de un nuevo equipo de bombeo y red para garantizar el abastecimiento en la zona zamorana al tener las bombas más altas
En la última semana la presa de Almendra, situada sobre el cauce del río Tormes, ha vertido sobre el cauce del Duero 124 Hm3 para dar cumplimiento al acuerdo de Albufeira por el que España y Portugal acordaron en 1998 el volumen de agua anual que debía entrar en el país vecino.
El vertido de agua al Duero se está produciendo mediante el turbinado de los generadores que la empresa Iberdrola posee en la central hidroeléctrica de Villarino, instalación que en momentos de abundancia de agua en el Duero aprovecha la energía sobrante de la red para bombear agua del Duero al embalse de Almendra, siendo este el método de aporte principal de agua que recibe Almendra y que se reserva para turbinar en momentos puntuales de necesidad de energía en la red.
De este modo, el embalse de Almendra ha pasado de tener 858 Hm3 hace siete días a los 734 Hm3 de este jueves, lo que ha supuesto un descenso de su nivel de 5 metros al pasar de los 692 metros de cota a los 687 metros. Sirva de ejemplo señalar que la capacidad del embalse de Aldeadávila es de 115 Hm3, lo que facilita reconocer la capacidad de embalsado de Almendra hasta alcanzar los 2.648 Hm3.
Hay que señalar que el cumplimiento del acuerdo de Albufeira está respaldado por el derecho internacional que asiste a los países con aprovechamiento de cuencas fluviales internacionales. En el caso del Duero, España debe entregar a Portugal antes del 30 de septiembre, fecha en la que finaliza el año hidrológico, 400 Hm3.
De este modo, una vez finalizado el turbinado de agua del Tormes al Duero para cumplir los acuerdos internacionales, la presa de Almendra presentará un volumen de 450 Hm3 de agua, lo que ha provocado cierta intranquilidad en los municipios que se abastecen de Almendra, 107 en la parte salmantina, pero especialmente en la zona zamorana de Sayago dado que la “situación de las bombas está más altas que las nuestras”, señalaba el presidente de Cabeza de Horno, Arturo de Inés, a LAS ARRIBES AL DÍA.
Asimismo, para tranquilizar a los municipios que se abastecen de Cabeza de Horno, De Inés añadía que “probablemente aunque desalojen los 400 Hm3 o alguno más, nuestras bombas quedarían por debajo del nivel porque los brazos tienen bastante margen, pero en el lado de Sayago tienen que estar al límite”.
Por último, Arturo de Inés señalaba que, al contrario que la mancomunidad de Sayagua, encargada del abastecimiento en la zona zamorana, “la Confederación Hidrográfica del Duero a nosotros no nos ha dicho nada”, por lo que “voy a intentar hablar con el presidente de la Mancomunidad para tener una reunión con la CHD”.
Ante este hecho, varios alcaldes han manifestado a este diario su preocupación y piden que, dada la nueva situación de cambio climático que vive el planeta y 24 años después de su establecimiento, es necesaria una revisión del convenio de Albufeira que garantice el abastecimiento a las personas primero y después a las explotaciones ganaderas, seguidas del regadío y por último del aprovechamiento hidroeléctrico en ambos países.
Según algunos medios de comunicación, la CHD ya se hubiera comprometido en la zona de Sayago a instalar dos nuevas bombas en una cota inferior, y una red de unos 700 metros de longitud por 400 mm de diámetro, para garantizar el abastecimiento, lo que se estima un presupuesto de 1,65 millones de euros.
Y aunque el abastecimiento para las personas y explotaciones ganaderas aún no se ha visto afectado por el descenso de nivel de agua, sino por una red insuficiente y que Cabeza de Horno espera desde hace cuatro años la ayuda de la Junta para cometer la ampliación, el primer efecto se puede observar en el puente de la carretera vieja que unía Almendra con Sardón de los Frailes. En este punto han aparecido este jueves cientos de carpas muertas, presumiblemente por la falta de oxígeno en el agua, y aunque es cierto que a lo largo del verano se ha podido observar una alta mortandad de peces en las orillas, no se había alcanzado estos niveles.