La crecida en los últimos días del caudal del río Águeda hizo que apenas una quincena de caballos se atrevieran a vadearlo
Tras una concurrida noche festiva liderada por Diego Jiménez, cuyo concierto en la carpa montada en la pista de Bolonia atrajo a numeroso público, sobre todo jóvenes, Ciudad Rodrigo está viviendo este sábado la jornada más extensa de la Feria del Caballo 2022, con la compañía en todo momento del sol junto a una agradable brisa, un tándem perfecto para disfrutar de las actividades de la Feria con una temperatura idónea. La mañana sabatina de Feria tuvo dos grandes ejes.
Por un lado, en la pista de competición habilitada en el foso izquierdo de la Rúa del Sol se desarrolló la primera prueba, la de Doma, del Concurso Internacional de Equitación de Trabajo, al que hay apuntados un total de 13 binomios, 7 españoles y 6 portugueses. En este sentido, los jinetes (que pueden calentar en el foso derecho) fueron bajando de uno en uno a la pista para llevar a cabo su ejercicio, teniendo un tiempo determinado para irse moviendo por la misma para mostrar la destreza de sus caballos a los jueces.
Durante la tarde del sábado, estos binomios tomarán parte en la prueba de Manejabilidad del Concurso, y en la mañana del domingo, en la de Velocidad (como remate se celebrará la prueba del apartado de la vaca, que no es puntuable). Como es habitual, la primera prueba fue seguida por numeroso público que fue yendo y viniendo por la zona, recorriendo también los puestos de la Feria de artesanía y agroalimentaria, la opción que hay esta jornada en Ciudad Rodrigo para recorrer puestos comerciales pese a la no celebración del mercadillo sabatino.
El otro gran eje de la Feria durante la mañana del sábado fueron las clásicas rutas a caballo, que contaron con una notable participación (superior a la del año pasado), reuniendo en total a unos 60-70 jinetes de múltiples edades (algunos de ellos acompañados por niños de corta edad). Estas rutas realmente comenzaron el viernes por la tarde, con un primer desplazamiento de caballistas desde Aldea del Obispo hasta Gallegos de Argañán para que así la ruta de la mañana del sábado no se les hiciese tan larga.
De este modo, a primera hora del sábado, y bajo la organización de la Asociación Cultural Los Boliches de la Torre, se puso en marcha un notable grupo de caballistas en Gallegos de Argañán, uniéndose a ellos varios procedentes de Fuenteguinaldo y otros de Aldea del Obispo que decidieron hacer la ruta entera en la mañana sabatina. Todos estos caballistas fueron dirigiéndose a lo largo de la mañana hacia Ciudad Rodrigo, disfrutando a medio camino de un almuerzo al que contribuyó el Ayuntamiento mirobrigense.
Este grupo acabó por alcanzar el Arrabal del Puente, donde estaban esperándoles alrededor de una decena de la treintena de caballistas participantes en la Ruta Wellington, la marcha ecuestre-histórica impulsada por José Ramón Cid Cebrián (que este año no pudo tomar parte) que tiene como objetivo poner en valor el papel de los caballos durante la Guerra de la Independencia, recorriendo lugares que fueron clave en el conflicto bélico en la ciudad.
Como es habitual, la Ruta Wellington se puso en marcha junto al Centro Receptor de Visitantes, dirigiéndose a la zona de la Feria para acabar alcanzando el Cuerpo de Guardia de San Pelayo. Por la Cuesta de Santiago bajaron a la Avenida de La Concha, para llevar a cabo el tradicional vadeo del río Águeda por la zona de los pontones. Sin embargo, los caballistas se encontraron con que el caudal del río venía bastante crecido tras las lluvias de los últimos días, con lo cual, tras tener numerosos problemas los primeros que se lanzaron a cruzarlo (uno de ellos incluso cayó al agua), la mitad de éste grupo decidió darse la vuelta.
De este modo, los que vadearon el río recorrieron como estaba previsto el Regato Cachón, mientras que el otro medio grupo se dispuso a esperarles al inicio de la Cuesta de Santiago, aunque finalmente cruzaron el Puente Mayor para reencontrarse en el Arrabal. La idea era esperar la llegada del grupo de caballistas de Gallegos, Aldea y Fuenteguinaldo, para cruzar todos juntos el Puente Mayor, pero como éstos venían con cierto retraso, una veintena de los caballistas de la Ruta Wellington decidieron ir tirando, quedándose la otra decena a esperarles como decíamos más arriba.
De este modo, en diferentes tandas, los caballistas recorrieron los tramos de los fosos que van desde la Puerta de La Colada hasta la Puerta de San Vicente, y de ésta a las Puertas de Amayuelas, para acabar dirigiéndose al recinto ferial, donde tuvieron la oportunidad de comer en la carpa por gentileza del Ayuntamiento, para cerrar el tramo matinal del sábado de Feria.