El vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, que llegó tarde y no habló de la Feria, definió el teatro como “un antídoto contra el virus progre postmoderno”
La Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo inauguró en la tarde del martes su esperada 25ª edición de una forma diferente a lo habitual: en vez de estar precedida la primera obra de la Feria por varios discursos institucionales sobre las tablas del Teatro Nuevo Fernando Arrabal, este año estos discursos se ‘independizaron’, para configurar un acto propio en el Palacio de Montarco que venía a reconocer el papel de las instituciones que permiten que la Feria salga adelante.
Este acto estaba programado para una hora antes de la obra inaugural, pero empezó con retraso, porque llegó un cuarto de hora tarde el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo, que fue el último en intervenir tras hacerlo previamente el director de la Feria, Manuel Jesús González; el alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias; el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias; y el director general de las Artes del Ministerio de Cultura de Portugal, Américo Rodrigues.
Como otras autoridades destacadas asistieron –sin tomar la palabra- el consejero de Cultura de la Junta, Gonzalo Santonja; la subdelegada del Gobierno en Salamanca, Encarnación Pérez; la secretaria general de Cultura de la Junta de Extremadura, Miriam García Cabezas; el delegado territorial de la Junta en Salamanca, Eloy Ruiz; el jefe del Servicio Territorial de Cultura, Adolfo Domínguez; la Corporación Municipal casi al completo; el procurador Juan Luis Cepa; el diputado provincial Manuel Hernández; o representantes del empresariado mirobrigense, así como numerosos profesionales acreditados de la Feria.
De salida, Manuel Jesús González explicó que esta es una edición de la Feria “singular” por muchos motivos, entre otros, porque “está dedicada a aquellos que tras dos años tan duros no pueden acompañarnos”. El director de la Feria dio las gracias al trabajo del equipo de la Feria, así como a los trabajadores del Ayuntamiento, por posibilitar que saliese adelante los dos años anteriores, antes de mostrar su agradecimiento a las “tres columnas” de la Feria: profesionales, administraciones y público.
Respecto a las administraciones, Javier Iglesias apuntó que “aquí los políticos tenemos la parte más fácil, sólo tenemos que decidir poner el dinero” por lo que quiso “romper una lanza a favor del equipo de la Feria, del Ayuntamiento, de los actores, de las compañías y de los programadores”. Desde su punto de vista, los protagonistas de la Feria son “los actores y los que han confiado en nosotros para mostrar su esfuerzo, para colocar su producto escénico”, considerando que “la magia de la Feria” es que ha conseguido compaginar el espectáculo con “dar oportunidades a los que trabajan todos los días” en el sector escénico. En este sentido, manifestó que “los mirobrigenses nos sentimos orgullosos de contribuir a que esas personas hagan realidad su sueño”.
Javier Iglesias apuntó que “tengo la suerte de haber estado en las 25 ediciones” (primero como alcalde de Ciudad Rodrigo y luego como presidente de la Diputación), al igual que otros veteranos (mencionó a Manolo González, Miriam Hernández, Jacinto Gómez, etc.), asegurando que es “satisfactorio haber participado desde el primer momento” en “uno de los eventos culturales más importantes de Castilla y León e incluso de España”. Javier Iglesias tuvo un recuerdo especial para Rosa María García Cano, evocando su “fuerza, tesón”, queriendo transmitirle “nuestro cariño y aplauso” una vez más: “te lo ganaste”.
El primero en mencionar a Rosa María García Cano había sido el alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias, alabando también a todos los que impulsaron la Feria, un “patrimonio inmaterial de los mirobrigenses, y de todo el mundo”. Su discurso se centró en los mirobrigenses, que la vieron nacer “con expectación”, siendo “un flechazo a primera vista”, llegando a que a día de hoy “cohabitamos con la Feria, sintiéndonos parte del éxito, parte de la función”, del tal modo que “pocos eventos consiguen tanta unanimidad”.
Marcos Iglesias felicitó a “todos los que hicieron que la idea se gestase” (recordó que en las tres primeras ediciones tuvo el aval del Ayuntamiento antes de que por su “grandeza” pasase a ser “acogida por la Junta”), así como por los “25 años de trabajo duro y constante”, esperando que el sábado, cuando se cierre el telón, “no se olvide el éxito”, sino que “sirva para reivindicar que los lugares fronterizos necesitan estímulos económicos, sociales, culturales”. En esa línea, Javier Iglesias dijo que “los 25 años nos enseñan el camino para el futuro, que no es otro que el apoyo de las instituciones para que el teatro tenga el nombre con mayúsculas en la cultura”.
Manuel Jesús González fue presentando a cada ponente, exponiendo en un momento dado que desde el primer momento tuvieron claro la necesidad de mantener lazos con Portugal, “aumentándose el esfuerzo” en esta edición, de ahí que el siguiente en intervenir fuese el actual director general de las Artes del Ministerio de Cultura de Portugal, Américo Rodrigues, quien estuvo en los inicios de la Feria como responsable cultural de la ciudad de Guarda.
Precisamente, Américo Rodrigues comentó que “conozco, acompaño” a la Feria desde “el primer momento” (en el que ya hubo compañías portuguesas), asistiendo a su “progresiva transformación en un evento de referencia”. En su intervención, expuso que “la frontera no es más que imaginaria”, por lo que la Feria de Teatro mirobrigense “abre las puertas a la circulación ibérica, e internacional, de tantos proyectos artísticos de Portugal”, siendo “una de las principales puertas de divulgación de la cultura portuguesa en España”, de ahí el incremento del número de compañías lusas. En ese sentido, concluyó que “promover las relaciones con España es prioritario para Portugal”.
Al igual que sus predecesores en el turno de palabra, Américo Rodrigues dio también la enhorabuena “a todos los que soñaron y posibilitaron la Feria”, algo que en cambio no hizo el vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo, que únicamente llegó a felicitar a su propio consejero de Cultura por todas las medidas que ha adoptado desde que accedió a la Consejería. De hecho, el vicepresidente de la Junta ni siquiera llegó a hablar lo más mínimo del evento en el que se encontraba, salvo por una mención al Divierteatro, que mencionó como si fuera algo nuevo de este año como vehículo para nuevos públicos.
Tras desvelar ‘algo que no se sabe’, que él también hizo teatro estando en el Colegio Mayor San Pablo, dijo literalmente que “como ya se ha dicho todo” sobre la Feria en los discursos previos, iba a “resaltar el papel del teatro en la sociedad con la nuestra”, una lección que traía aprendida a modo de mitin político, que evidentemente despertó el asombro e indignación entre unas cuantas personas asistentes a la inauguración (como los integrantes de PSOE y Ciudadanos).
Con la idea de que el teatro es “uno de los máximos exponentes de la civilización occidental” (de la cual dijo que sus pilares son “el Cristianismo, el Derecho Romano y la Filosofía Griega”), y más aún “en una civilización como la nuestra, la española, con Lope de Vega, etc.”, dijo que el teatro “nos humaniza, nos distingue del resto de especies”, y que es “el antídoto contra el virus que se está contagiando la sociedad actual, un modelo pogre postmoderno” con individualismo, porque entre otras cosas “el teatro es cita, no se puede hacer solo”.
Asimismo, dijo que el teatro es “símbolo de cultura y conocimiento”, y que “hoy nos encontramos con minorías que quieren hacer tabula rasa con el aprendizaje de la filosofía, y ahí está el teatro para remarcarnos su importancia”. Continuando con el ‘mitin’, dijo que “lo que quieren los nuevos inquisidores, algunos dirigentes, es que las nuevas generaciones se instalen en la ignorancia”. Al mismo tiempo dijo que “con el teatro se adquiere cultura, nos hace más tolerantes, se adquieren habilidades como a hablar en público o a respirar”.
En el discurso del vicepresidente en nombre de la Junta de Castilla y León, principal soporte económico de la Feria, faltó también el clásico respaldo directo al evento (aquello que siempre han dicho todos los que han pasado por el micro de ‘la Feria seguirá en Ciudad Rodrigo, etc.’) limitándose a decir que “este gobierno va a seguir apostando por el teatro y otras iniciativas escénicas”.