Positivo Día Mundial del Peatón, pero necesitamos ir más allá

Imagino que hay gente para todo, quien va en coche a un cajero, a por el pan o al bar, pero sentarse en un céntrico banco generalmente es difícil hacerlo si no caminas por la ciudad. De ello tratábamos el otro día. Obvié los excesos de las terrazas hosteleras, tan invisibles para el Ayuntamiento, al ocuparse de ellos muchos y diversos medios. Si bien ya venían de antes, paradójicamente es una mala secuela de la pandemia cuando esta evidenció la insustituible importancia de lo público, tanto servicios como espacios.

Siguiendo con la forma salmantina más abrumadoramente mayoritaria de transporte, caminar, se conmemoró esta semana el Día Mundial del Peatón promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Nuestro Consistorio lo hizo con una triunfal nota de prensa donde “reafirma su compromiso con la reducción de los accidentes de tráfico en la ciudad gracias a la creación de zonas residenciales con prioridad para el peatón, los nuevos límites de velocidad, la instalación de radares fijos, la regulación de la carga y descarga, una mejor señalización de las calles y una mayor sensibilización ciudadana.”

Bienvenido el cambio municipal en las políticas de movilidad, aunque les haya costado años percatarse de ello. La nota destaca entre las medidas adoptadas “en primer lugar, la reducción de los límites máximos de velocidad a 30 kilómetros por hora en la mayoría de las calles de la ciudad y la creación de zonas residenciales, con un límite máximo a 20 Km/h en más de 200 calles donde la prioridad es para el peatón.” La coincidencia con hacerlas obligatorias el actual gobierno social-comunista es solo eso, casualidad. Tampoco tiene importancia el haber sido planteadas durante décadas por colectivos ecologistas y otros en la ciudad, hay demasiado futurólogo clarividente.

Está muy bien este cambio en la política de movilidad salmantina con resultados positivos, aunque necesitara ayuda legal extra del exterior. Indudablemente se salvan vidas y mejora la calidad de vida en un entorno más saludable, como muestran los datos. Lástima su secretismo, la última Memoria publicada sobre el tema sigue siendo la de 2016. Desconozco si la futura ley de Secretos Oficiales ayudará a mejorar la tan magnifica transparencia municipal que omite datos importantes de servicios municipales pagados religiosamente por la ciudadanía.

A pesar de todo, las sustanciales medidas aplicadas en Salamanca tienen algo de cosméticas. Reconvertir la Gran Vía solo para transporte público, ampliar los carriles bus, llevar la bici al centro, o reformar en serio el transporte metropolitano supondrían una verdadera revolución. Y si se reduce atractivo al aparcamiento, usar menos el coche ahorra energía, y cambian de verdad el diseño de calles y movilidad en los barrios, seguramente tocaríamos el cielo con los dedos. Vaya, suena muy bolivariano.

Como estamos preocupados por salvar vidas recordemos que la contaminación mata, y en verano es habitual tener problemas con el ozono. Con tanta ola de calor llama la atención la inexistencia de alerta alguna en Salamanca. En la vecina Valladolid sí han tenido, como a principios de este mes. Quizás contar con un “Plan de Acción en Situaciones de Alerta por Contaminación del aire urbano” y últimamente con el “Plan de mejora de la calidad del aire en la ciudad de Valladolid” tenga algo que ver. También ayudará de forma decisiva ubicar las estaciones medidoras dentro de la ciudad y no en plena Aldehuela.