Hermana muerte

“Y por la hermana muerte: ¡loado mi Señor!

Ningún viviente escapa a su persecución”.

Son dos versos del poema de San Francisco de Asís, en el que alaba al Señor por todas las criaturas que el mismo Señor ha creado, sin omitir ni siquiera la alabanza por la “hermana muerte”. Una tendencia bien contraria al tabú de mencionar la muerte, y menos para considerarla hermana.

Y, sin embargo, la muerte está ahí a la vista todos los días. Todos Tenemos algún conocido, vecino, amigo o familiar, que acaba de dejarnos, marcando un hueco que es difícil de llenar. Y los que vamos siendo ya mayorcitos nos encontramos con que ya son más los amigos que se fueron que los que todavía están presentes y nos acompañan.

Y esta situación nos lleva a pensar que el sobresalto nos puede llegar también a nosotros cuando menos lo pensemos. Y sería bueno que estemos preparados. Y que, aparte de encomendarlos nosotros a ellos (que descansen en paz, decimos), podemos también encomendarnos nosotros a ellos. Con su poder y su experiencia, podemos confiar en ellos y encomendarles nuestro tránsito, mirando el futuro con esperanza.

Hoy me toca mencionar especialmente a cinco amigos, cuatro sacerdotes y un obispo, que me han faltado recientemente: El Cardenal Arzobispo emérito de Sevilla don Carlos Amigo Vallejo. Y los sacerdotes Antonio Romo, José Ramos, y Santiago del Cura. Acaba también de fallecer en nuestra casa, la Residencia Diocesana, el sacerdote Tomás Amores Dorado.

Carlos Amigo Vallejo

El Cardenal, Arzobispo emérito de Sevilla, nació en Medina de Rioseco (Valladolid) el año 1934, y falleció el 27 de abril del presente año. Tiene una riquísima biografía. Inició primero medicina en la universidad de Valladolid, que abandonó pronto para ingresar en el noviciado de la Orden de Hermanos Menores (franciscanos). Se ordena sacerdote y, en Roma, cursa estudios de Filosofía.

Destinado a Madrid, estudia Psicología en la Universidad central. En 1970 es nombrado Provincial de la Provincia Franciscana de Santiago. El 17 de diciembre de 1973 es nombrado Arzobispo de Tánger, Marruecos, donde vive el espíritu misionero y ecuménico.

El 22 de mayo de 1982 es nombrado Arzobispo de Sevilla.

En 1984 figura como miembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española. Y es nombrado presidente de la Comisión Episcopal para el V Centenario de la Evangelización de América. En esa función, a mí me tocó relacionarme especialmente con él por ser yo director del Secretariado de la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal. Hasta 1992 recorrimos gran parte de los lugares de España relacionados con la Evangelización de América. Y participamos en el Pabellón que la Santa Sede preparó en la Exposición Internacional de Sevilla.

En 1990 el Papa Juan Pablo II lo nombra miembro de la Comisión Pontificia para América Latina, de la cual yo también formaba parte. En junio de 1995 es renovado en su cargo por S.S. Juan Pablo II, como miembro de la misma Comisión.

En marzo de 1999, en la Asamblea Plenaria extraordinaria, es elegido Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias. El 28 de febrero de 2000 es renovado en su cargo por S.S. Juan Pablo II como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina. Y en febrero de 2002 es reelegido Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal Española.

En el Consistorio Ordinario Público, celebrado en la Plaza de San Pedro el día 21 de Octubre de 2003, S.S. el Papa Juan Pablo II lo crea Cardenal Presbítero de la Iglesia Católica, asignándole el título de La Iglesia Romana de Santa María de Montserrat de los Españoles, donde tuve la gracia de residir desde 1993 a 1999, y pude preparar y defender mi tesis doctoral sobre “Vasco de Quiroga laico misionero” y primer obispo de Michoacán (Méjico).

Mantengo un gran recuerdo del Cardenal Amigo Vallejo.

Antonio Romo Pedraz

Falleció el 30 de junio a sus 83 años. Nació en Aldealengua en 1939. Entró conmigo en el Seminario de Salamanca en 1952. Y era ordenado sacerdote en 1964. Después de ejercer durante diez años como párroco de varios pueblos, fue misionero en Madrid, Bilbao y Valladolid, acompañando al movimiento Verbum Dei que estaba naciendo.

Volvió a Salamanca, y se hizo cargo de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en el barrio de Puente Ladrillo, donde permaneció prácticamente el resto de su vida.

Fue un ejemplo de solidaridad y honradez y se convirtió en uno de los personajes más queridos y respetados de la sociedad salmantina. Atendió a los gitanos, a los niños y a los más pobres, y especialmente a los inmigrantes, tanto de África como de América. Creó una asociación de inmigrantes y funcionó especialmente la sección de los latinoamericanos. La delegación de misiones, que celebraba la jornada de Hispanoamérica el primer domingo de marzo de cada año, contó con la colaboración de la parroquia y de los hispanoamericanos durante varios años. Y lo hicieron muy bien. Antonio trabajó mucho y bien en la pastoral de los enfermos y les infundía gran paz y confianza. Gracias Antonio.

Ángel Sánchez González

Falleció en nuestra casa el pasado domingo 14 de agosto. Nació en Albacete en 1944 y estudió en Salamanca, donde fue ordenado como sacerdote en 1975. Ángel Sánchez ha ejercido su tarea pastoral como misionero en Puerto Rico en dos temporadas, y sus últimas parroquias fueron, Fresno Alhándiga, Encinas de Arriba, Sieteiglesias de Tormes y Torrejón de Alba, parroquias donde le sustituí en varias ocasiones cuando tenía que ir él a Barcelona a la revisión de su vista por el doctor Barraquer. Y así creció nuestra amistad.

José Ramos Domingo

Era sacerdote de la Diócesis de Getafe, pero residía en Salamanca, siendo natural de Peñaranda. Era profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, donde yo estudié. Así tuve una buena amistad con él. Fue secretario de la Fundación de Las Edades del Hombre bajo la presidencia de Mons. Carlos López. “Pepe Ramos”, como generalmente se le nombraba, fallecía el domingo 14 de agosto.

Santiago del Cura Elena

Fallecía el día de la Asunción, 15 de agosto. Miembro del Cabildo de la Catedral de Burgos, había nacido en Ciruelos de Cervera hace 74 años. Fue decano de la Facultad de Teología en Burgos, miembro de la Comisión Teológica Internacional y, por designación del Papa, miembro de la Comisión para el Estudio del Diaconado Femenino. Yo lo conocí en Burgos con ocasión de mi asistencia a las Semanas Misionales. Después he estado en relación con él por su asistencia a las clases de la Pontificia como profesor invitado.

Tomás Amores Dorado

Falleció este jueves 18 de agosto en nuestra Residencia Diocesana. Tenía 97 años y era el sacerdote de más edad en Salamanca. Nació en Cordovilla en la Nochebuena de 1924, y se ordenó sacerdote en Salamanca el 9 de julio de 1950. Su primer destino pastoral fue La Vídola. En 1958 se hizo cargo de Ventosa del Río Almar, y un año después, de Alconada. De su pueblo natal también fue párroco en 1973. Otra de las tareas que ejerció en la diócesis fue la de capellán del cementerio de Salamanca.

Mi relación con él fue, sobre todo, porque él acudía con regularidad a la delegación diocesana de misiones, donde acompañaba y orientaba espiritualmente a nuestra colaboradora Rosa. Descansa en paz.

Seguimos adelante de manos de nuestra “hermana muerte”, que nos está esperando para acompañarnos, cuando llegue el momento, con un tránsito en paz.