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Pedro Cabrero, de no conocer a nadie en Guinaldo a vivir como el que más las fiestas y llegar a protagonizarlas
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FUENTEGUINALDO | FIESTAS

Pedro Cabrero, de no conocer a nadie en Guinaldo a vivir como el que más las fiestas y llegar a protagonizarlas

Actualizado 17/08/2022 23:04
David Rodriguez

Este jueves ofrecerá una clase práctica, mientras que el domingo protagonizará un festival taurino sin picadores

Entre los protagonistas de las citas taurinas que se van a vivir en Fuenteguinaldo durante los próximos días se encuentra el matador de toros Pedro Cabrero, que va a encabezar dos eventos: una clase práctica en la mañana del jueves y un festival taurino sin picadores en la tarde dominical, todo ello tras haberse hecho un hueco poco a poco en el municipio tras llegar al mismo como un absoluto desconocido.

Natural de El Tiemblo (Ávila), Pedro Cabrero se formó en la Escuela Taurina de Marcial Lalanda, participando en los años 2006 y 2007 en el Bolsín Taurino Mirobrigense, en el cual llegó a las seminales del certamen en el Hotel Conde Rodrigo II en su segunda participación. Según explica a Ciudad Rodrigo Al Día, de novillero sin caballos sí que tuvo “bastante bagaje”, ganando el Bolsín de Medina de Rioseco (Valladolid), siendo subcampeón en el Capote de Oro de Llodio (Álava), o finalista en el Bolsín de La Yagona (Zamora).

De novillero con caballos, “me pilló justo la crisis”, por lo que “me tiré un poco de tiempo en ese escalafón”, hasta llegar al esperado momento de la alternativa el 16 de agosto de 2017, que recibió de manos de Paquirri ante astados de la ganadería salmantina de los Hermanos Cambronell. “Por estar un poco más cerca del mundo del toro”, y aprovechando que su trabajo le lleva por toda España, por lo que ‘le da igual’ donde residir, Pedro Cabrero decidió trasladarse a Salamanca, ya que en su zona natal de El Tiemblo no hay más matadores y banderilleros, “y pilla un poco más a desmano lo taurino”.

Su vinculación con Fuenteguinaldo arranca yendo de sobresaliente a una cita taurina de las fiestas, teniendo la oportunidad de ver cómo en las capeas quién quisiese podía medirse a los astados. Ni corto ni perezoso, al año siguiente decidió hacerlo él, teniendo la oportunidad de enfrentarse hasta con 6 toros durante dos días. Pedro Cabrero también repitió la experiencia el año posterior, en el que asimismo ejerció de nuevo de sobresaliente.

Según explica el protagonista, la que era concejala de Festejos de Fuenteguinaldo, Carmen Villoria, le comentó que “me había ganado para el año siguiente (2018) torear el Festival” tras dos años participando en las capeas, en las que se encontró con un público “muy respetuoso”. De forma paralela, fue cogiendo amistad con numerosas personas de Fuenteguinaldo (“estoy incluso en una peña con ellos”), mostrándose muy agradecido a la localidad por el trato recibido, “con mucho cariño”, ya que incluso le han dejado dormir en el polideportivo.

Entre esas amistades está la de quién ejercía de presidente de los festejos taurinos por las tardes, el guinaldés Alberto Galán, que se ha convertido a día de hoy en su apoderado, “poniendo toda la carne en el asador para que nos hicieran hueco en las fiestas de este año” de Fuenteguinaldo, y por partida doble como decíamos al principio.

Para empezar, este jueves por la mañana habrá –tras proponérselo al Ayuntamiento- una clase práctica, con la finalidad de que “la gente coja los trastos de torear, un capote, una muleta, y comprueben el tacto, el peso que es lo que más sorprende, etc.”. Al mismo tiempo, se podrán acercar niños a “experimentar y disfrutar”, todo ello con el objetivo de “hacer el toreo un poco más cercano a la gente” en un lugar donde “todo ronda en torno al toro”.

Por otro lado, el domingo por la tarde llegará el festival taurino sin picadores, que afronta “con mucha ilusión, por el trabajo que ha hecho Alberto y por el trato con la gente de Fuenteguinaldo durante estos años”. Al respecto, también se siente “con emoción, porque es un pueblo que ha sabido agradecer y recompensar el esfuerzo que una persona como yo ha hecho en las capeas con los toros”.

Pedro Cabrero incide en que, “para toreros que nos cuesta mucho vestirnos de torero, es muy gratificante que un pueblo al que llegas sin conocer a nadie, se haya creado este buen ambiente”, asegurando que “está todo puesto sobre la mesa para que sea una tarde bonita y emocionante para todos”, considerando que también es “una forma de pagar al pueblo de Fuenteguinaldo todo lo que profesionalmente me ha dado y personalmente me ha ofrecido”.