Lauren Risueño pronunció el pregón, hubo un homenaje a Baldomero Benito Jiménez, y actuó la Rondalla III Columnas
Ciudad Rodrigo abrió en la noche del lunes la celebración de su Martes Mayor 2022, con una velada que tuvo la estructura que se estrenó en la última ocasión que se había podido desarrollar, en 2019. En este sentido, la Plazuela del Buen Alcalde fue escenario de un acto que incluyó el pregón de la festividad a cargo de Lauren Risueño, un homenaje al comerciante mirobrigense Baldomero Benito, y la actuación de la Rondalla III Columnas.
La velada arrancó en la Plaza Mayor, con la concentración a las puertas de la Casa Consistorial de todos sus protagonistas, que fueron en pasacalles junto a buena parte de la Corporación Municipal hasta la citada Plazuela, donde había bastante gente esperando, repartida por las sillas de plástico puestas por el Ayuntamiento y por las terrazas del espacio, así como por bordillos, bancos o el entorno de la fuente.
El pregón
El acto en la Plazuela fue abierto por la delegada de Comercio del Ayuntamiento, Laura Vicente, quién quiso recordar una anécdota comercial mirobrigense, cuando la actual princesa Leonor lució en un posado (siendo un bebé) un traje que le habían regalado en Ciudad Rodrigo a sus padres, los actuales Reyes de España Felipe y Letizia, durante la inauguración de Las Edades del Hombre. A continuación, Laura Vicente se encargó de presentar al pregonero del Martes Mayor 2022, Lauren Risueño.
Mostrándose “honrado e inmensamente agradecido” por poder dar el pregón, Lauren Risueño explicó que había buscado los “recuerdos y referencias que guarda mi memoria” para “poder acercarles a esta efeméride semanal que convulsionaba la vida de la comarca: Martes que se escribía con mayúscula en el calendario de los mirobrigenses”. Para empezar, habló de la celebración del Martes Mayor, como “conmemoración de la concesión Real, en 1475, de un mercado franco a la ciudad”, recordando con bastantes detalles históricos ese hecho.
En una segunda parte, se centró en el Mercado de los Martes, “valorando el tesón de los artesanos, de los modestos ganaderos, de la gente del campo y, de forma muy especial, de los hortelanos que todas las semanas, cada martes, acudían puntualmente a su cita con una fiel clientela que se abastecía de productos frescos, en unos tiempos en los que no había frigoríficos y los congelados todavía no eran más que una especulación”.
Al respecto, evocó que “decir martes en Ciudad Rodrigo” era decir “bullicio, movimiento de gentes, calles y plazas concurridas; en definitiva, era decir vida y colorido”, recordando asimismo que era “peregrinar desde toda la comarca a Ciudad Rodrigo”, que “por un día se convertía en el centro del suroeste de nuestra provincia”, de todos los que venían a comprar y/o vender. En este bloque mencionó los mercados “muy domésticos” que había los domingos tanto en el Campo del Trigo como en la calle Lorenza Iglesias.
A continuación, hizo un completo repaso por los lugares que acogían mercados los martes, enumerando qué se vendía en cada uno y quiénes acudían: la Plazuela del Buen Alcalde, la de la Fruta; la Plaza del Conde, la de la Verdura; la de Dámaso Ledesma, la del mercado de aves, caza, huevos y cebollas; desde la Puerta del Conde hasta la Puerta de Amayuelas, el campo de las reses; en el campo delante del Grupo Escolar San Francisco, el ferial de ganado caballar y mular; y por debajo de La Florida, el mercado de ganado porcino.
La última parte del pregón estuvo dedicada a repasar el ambiente que había los martes, resaltando que “es difícil describir la intensidad de vida económica que se extendía por todas partes; había que ver aquel ambiente de vida comercial, compra y venta por doquier”. Asimismo, “en los bares se cerraban muchos tratos pues eran lugares de convivencia y de encuentro”, mencionando los viajes del tren correo o las coplas que cantaba una señora ciega: “piensen por un momento con qué alegría vivíamos aquellos mercados, aquellos martes, aquellas ferias”.
Respecto a las ‘tardes’ de aquellos martes, Lauren Risueño recordó los viajes de regreso a casa en coches, carros o caballerías, los partidos de pelota en el frontón de la Puerta del Sol, o los eventos en el Teatro Nuevo con cantantes famosos, revistas y comedias, o los espectáculos de circo, concluyendo que era una ciudad “llena de vida, de dinamismo, de posibilidades, famosa también por sus ferias y mercados”.
Lauren Risueño reflexionó que “de un tiempo a esta parte, todo es diferente, todo ha cambiado; el transcurrir de la vida nos ha alejado inevitablemente de aquellos momentos”, resaltando que “no queda más remedio que agudizar el ingenio, la creatividad y la innovación como fórmula para generar riqueza”. Así, mencionó que “hoy se está trabajando por transformar nuestra ciudad”, y que “es palpable que está situada en el mapa de España con letras de molde”, animando a seguir “esta línea; adelante nuestro comercio que con tanta eficacia ha servido a esta ciudad a lo largo de los años”.
El homenaje
Tras entregar el alcalde Marcos Iglesias una placa a Lauren Risueño, Laura Vicente se encargó de presentar al comerciante mirobrigense homenajeado en este Martes Mayor 2022, Baldomero Benito Jiménez, haciéndose extensible el reconocimiento a su padre, Baldomero Benito Núñez, quién tras llegar a Ciudad Rodrigo en 1940 puso en marcha un negocio en el que fue representante de todo un poco hasta especializarse en la electricidad.
Laura Vicente explicó que Baldomero Benito Jiménez, como hermano mayor, se hizo cargo del negocio, empezando a trabajar en la tienda en el año 1962, según indicó el propio homenajeado, que resaltó en su intervención de agradecimiento tres palabras: colaboración, servicio y amor. Respecto a la primera, en relación con su padre (“para quién debía ser el homenaje”) subrayó que “trabajar unidos fue un placer”.
En relación con el servicio, apuntó que todo establecimiento debe buscar dar un buen servicio, recordando las distintas etapas que ha tenido Radio Núñez, evocando por ejemplo las academias y fábricas que impulsaron para ayudar a fijar población, o que su megafonía ha acompañado todo tipo de actos. Respecto al concepto del amor, indicó que “mueve el mundo, el amor por lo nuestro, por el terruño, por lo que significa lo nuestro” añadiendo que “me gustaría poner de manifiesto el amor que sintió mi padre por Ciudad Rodrigo”.
Apuntando que “he intentado seguir sus pasos con la ayuda de mi esposa Isabel”, Baldomero Benito (que cumplirá 80 años el miércoles) tuvo palabras para toda su familia, mostrando su deseo de que “ojalá unidos podamos engrandecer a Ciudad Rodrigo”, y anunciando que la distinción recibida “me seguirá impulsando en el amor a Ciudad Rodrigo”. Esta parte finalizó con la entrega de un ramo de flores sobre el escenario a la esposa del homenajeado (quién previamente había recibido la placa acreditativa del homenaje).
La última intervención corrió a cargo del alcalde Marcos Iglesias, quién resaltó que Lauren Risueño y Baldomero Benito son “dos enamorados de Ciudad Rodrigo”, dedicándoles varias palabras más de agradecimiento. Marcos Iglesias mencionó que no sólo hay que evocar el pasado, sino que “hay que pensar en el presente, que se construye entre todos”, esperando que “pasen un buen Martes Mayor, que lo vivan con orgullo de ser mirobrigenses y apoyemos el comercio local”.
El concierto
A continuación, subió al escenario la Rondalla III Columnas, quién tuvo un recuerdo para Siso Bernal, histórico murguista (estuvo más de 60 años formando parte de las murgas de la ciudad) recientemente fallecido. En palabras de Nico de Elías, le querían transmitir “nuestro cariño y aplauso”. Sin coplas carnavaleras de por medio, la Rondalla ofreció un repertorio ‘de verano’, como lo definió Marcos Iglesias, con canciones muy conocidas y alguna nueva como la que le han dedicado al Campanazo en este 2022.
Asimismo, Nico de Elías dio lectura a una coplilla que le han dedicado sus compañeros por la ciática que padece actualmente. El concierto, que duró alrededor de una hora, se cerró con La Campana Gorda, el habitual popurrí con Somos del Puente o A La Caridad Señores, y por supuesto el Forastero, que se lo quisieron dedicar no sólo a los forasteros, sino a “todos los mirobrigenses que no pueden vivir aquí”. La interpretación de esta canción acabó como es tradición con el público puesto en pie, tras 2h.15’ de acto.