Vírgenes del verano

Cada semana es una tortura estar buscando el tema sobre el que vamos a tratar en este artículo de opinión. Al fin se encuentra algún tema relevante sobre el que tratar. La semana pasada encontramos el tema de las fiestas patronales más sobresalientes del verano. Esta vez nos la dábamos de afortunados de poder encontrar algunas fechas de las fiestas marianas del verano. Y, buscando, nos hemos encontrado ni más ni menos que con doce fiestas de la Virgen.

Tomamos con cierta amplitud lo de atenerse al tiempo del verano, que naturalmente empieza el 21 de junio. Esa amplitud nos permite incluir en esta relación hasta el Mes de Mayo, dedicado todo entero a nuestra Señora la Virgen María, y que termina precisamente con la fiesta de la Visitación de la Virgen (31 de mayo).

Todavía estamos fuera del verano en la celebración de la fiesta de Santa María Madre de la Iglesia, que tiene lugar el 6 de junio, y que es fruto de las reflexiones del Concilio Vaticano segundo, terminado en 1965.

La fiesta del Inmaculado Corazón de María no tiene fecha fija porque se celebra al día siguiente de la fiesta del Corazón de Jesús, que a su vez depende de la fecha en la que se celebra la Pascua. Esta vez ha coincidido con el día 25 de junio. El Corazón de Jesús y el Corazón de María unidos por el mismo amor a todos los hombres. Y este año ha sido la primera fiesta mariana que se ha celebrado en el verano que, como sabemos, comienza el 21 de junio y termina el 21 de septiembre.

En nuestro artículo de la semana pasada hacíamos alusión ya a la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, que se celebra, como es sabido, el día 16 de julio. Es la fiesta de la Señora que nos ayuda a superar las penas del purgatorio, y que ofrece su patronazgo al amplio mundo de los trabajadores y demás personas cercanas a las realidades de la Mar.

Y saltamos ya al mes de agosto, en cuyo día 2 coincide la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles. Nuestra Señora de los Ángeles es una fiesta muy especial para los franciscanos. El primer Monasterio franciscano en Asís lleva el nombre de la primera Iglesia de la orden Franciscana: Nuestra Señora de los Ángeles o Porciúncula. Cuando San Francisco oye de Nuestro Señor esas palabras famosas: "Francisco, ve y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas", él inmediatamente comenzó a reconstruir la Porciúncula. Esta pequeña Iglesia construida en honor de Nuestra Señora de los Ángeles tomó un lugar especial en el corazón de San Francisco, que trató de inculcar esa misma devoción también en el corazón de sus frailes franciscanos. La fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles recuerda este hermoso acontecimiento.

Nuestra Señora de las Nieves, o la Dedicación de la Basílica de Santa María, es una fiesta que tiene lugar cada año el 5 de agosto. Antigua advocación mariana que se remonta al siglo IV. Según la tradición, en la época del Papa Liberio (352 - 366), vivía en Roma un matrimonio piadoso y caritativo. Él se llamaba Juan Patricio mientras que el nombre de su esposa se desconoce. Habían sido bendecidos con abundancia de bienes y también de fe. Sin embargo, su gran dolor era no tener hijos con los que pudieran compartir sus dones. Durante años habían rezado por un hijo, finalmente se decidieron a nombrar como heredera a la Santísima Virgen y le rezaron con devoción para que los guiara en la asignación de la herencia. Nuestra Señora, muy agradecida por el gesto, se le apareció a Juan Patricio y a su esposa la noche del 4 de agosto diciéndoles que deseaba que construyeran una basílica en el Monte Esquilino (una de las siete colinas de Roma), en el lugar donde ella les señalaría con una nevada. También se le apareció al Papa Liberio con el mismo mensaje. Al día siguiente, el 5 de agosto, a pleno día y con un sol brillante, la ciudad quedó sorprendida al ver un terreno nevado en el Monte Esquilino. La nieve cubrió exactamente el espacio que debía ser utilizado para la basílica y desapareció una vez señalado el lugar. Pronto se construyó la Basílica de Santa María la Mayor.

El Papa Liberio buscaba una imagen de la Santísima Virgen que fuera digna de esta espléndida Basílica de Sta. María la Mayor. Finalmente, donó la famosísima Madonna, Nuestra Señora y el Niño, la cual, según una tradición había sido pintada por San Lucas sobre una gruesa tabla de cedro y llevada a Roma por Santa Helena. Esta obra es venerada en el oratorio pontificio.

A lo largo de los años, el pueblo de Roma ha sido muy devoto de esta imagen de la Virgen. Cada vez que Roma se encontraba en peligro de calamidades o de pestilencia, corría en bandadas al santuario de Nuestra Señora para pedirle auxilio. La Virgen Santísima les demostró ser una poderosa protectora con grandes milagros. Y el papa Francisco acude a encomendarse a ella cada vez que emprende algún viaje importante o alguna obra notable.

Para no alargarme demasiado, dejaré las próximas fiestas marianas para el siguiente artículo: Se trata de la Asunción de la Virgen María, día 15 de agosto. Santa María Virgen Reina, 22 de agosto. La Natividad de la Santísima Virgen María, 8 de setiembre. El Santísimo Nombre de María, 12 de setiembre. Nuestra Señora la Santísima Virgen de los Dolores, 15 de setiembre. Y Nuestra Señora de la Merced, 24 de setiembre.

Y permítaseme concluir por esta vez, aunque no coincida ya en el verano, con la fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Rosario, que se celebra el día 7 de octubre, y que conmemora el acontecimiento de la victoria de los países cristianos, comandados por don Juan de Austria, sobre el imperio otomano, y que los cristianos atribuyeron a la ayuda especial de la Virgen María. El rezo del Rosario es de alguna manera la conmemoración de aquel acontecimiento y nos libera de toda amenaza del poder enemigo.