El voluntariado de la salmantina Elena Palacios en Ecuador: tres semanas en la selva amazónica

“Nos ganamos la vida con lo que recibimos, pero hacemos la vida con lo que damos”, esta frase del escritor John Maxwell puede ser interpretada de muchas formas, pero sin duda alguna, puede relacionarse directamente con las personas que realizan voluntariado. Una de las acciones más bonitas y satisfactorias que puede existir.

Precisamente esa sensación de satisfacción es lo que me ha transmitido Elena Palacios, una joven salmantina de 26 años se encuentra desde hace unos días en Puyo, la ciudad ecuatoriana más grande de la provincia de Pastaza, región amazónica del país. Allí está realizando un voluntariado de Cáritas con otros nueve jóvenes de Castilla y León. Un proyecto impulsado por Cáritas Castilla y León que vincula a los jóvenes con otras realidades.

A las 6:00 horas de la mañana en Puyo (13:00 hora peninsular) Elena ha sacado unos minutos para hablar con este medio de comunicación y transmitir de primera mano lo que está suponiendo esta experiencia para ella. Voluntaria con Cáritas de Ciudad Rodrigo, su localidad natal, desde los 19 años, es trabajadora social y se le presentó esta oportunidad que no dudó en rechazar porque “es una oportunidad única, tanto a nivel personal como profesional”.

Allí realiza, junto con el resto de compañeros y voluntarios, diferentes actividades. “La primera semana estuvimos en un campamento y los niños solo querían que estuviésemos con ellos, aquí no tienen el ocio que tenemos allí”, relata. Esta semana se encuentran en proyectos de agroecología ¿El objetivo? Conocer la realidad de la selva amazónica para poder luego enseñárselo a las personas de España. “Al final es una realidad muy diferente a lo que conocemos. La gente, la cultura…. La selva es totalmente diferente. A mí me está encantando”.

Antes del viaje los diferentes voluntarios recibieron varias sesiones de formación para conocer el lugar al que iban. “Ves fotos, te cuentan cosas y te haces una idea, pero venir y estar aquí, conocer a la gente, no tiene nada que ver”, explica. “Nos han acogido muy bien desde el primer día, son encantadores, muy cercanos”.

“Está siendo una experiencia totalmente positiva, muy enriquecedora"

Durante las tres semanas que tienen previsto estar en Puyo, están conociendo a la comunidad indígena en la selva amazónica. “Aquí hay 7 nacionalidades de población indígena y lo que estamos haciendo es conocerlas. Cada comunidad tiene cosas en común con las otras, pero a la vez son muy diferentes”.

“Si te gusta ser voluntario y quieres dedicar tu tiempo, ir fuera de España y conocer otras realidades es fantástico”. Anima a las personas a hacer voluntariado, en Cáritas o en cualquier otra organización o asociación. “Mucha gente ve el voluntariado como algo que no les aporta más, porque no recibes nada económico. Yo soy voluntaria porque aprendo más de las personas con las que comparto mi tiempo de lo que yo puedo enseñar”.

El próximo 27 de julio regresará a España, dejando Puyo al otro lado del Atlántico pero trayéndoselo en su corazón para siempre. Para Elena está es la primera vez que hace un voluntariado de este tipo, pero sabe que no será la última. “Está siendo una experiencia totalmente positiva, muy enriquecedora. Al final te das cuenta de que hay cosas que realmente son más importantes de lo que creemos", concluye.