Una multitud de personas de todas las edades acompañados de una charanga invadieron las calles moralejanas
La localidad cacereña de Moraleja vecina de la comarca mirobrigense, dio el pistoletazo de salida a sus esperadas fiestas en honor a San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia.
La corporación moralejana encabezada por Julio César Herrero, tiene un amplio programa festivo en el que da cabida a los gustos de cualquier persona independientemente de su edad. Siendo el plato fuerte de estas fiestas las actividades taurinas, las cuales atraen a numerosos aficionados de toda la comunidad extremeña y comunidades vecinas como Madrid y Castilla y León, sin dejar en el olvido a los vecinos portugueses, muy dados a los festejos con reses bravas.
Las fiestas de San Buenaventura aspiran a ser declaradas de Interés Turístico Regional, motivo por el cual desde el Ayuntamiento se está trabajando duro y limando muchos aspectos para que todos los requisitos que les pide la comunidad extremeña lleguen a su meta final.
Tras unos días de calentamiento con actividades lúdicas, musicales y ganaderas, los moralejanos vivieron su paroxismo festivo en la tarde del miércoles, cuando una multitud de personas en la que predominaba más bien un conjunto joven, se echaron a la calle concentrándose en la Avenida principal para trasladarse hasta la Plaza Mayor, convirtiéndolas en ríos de gente.
Al paso de la comitiva, varios vecinos desde sus casas arrojaban agua con mangueras para refrescarla, cosa que los participantes agradecían tras una temperatura de 42 grados que venían soportando.
Una de las peñas, concretamente la del ‘Gallo Filisuco’ entretuvo a la comitiva festiva con un cañón de espuma, detalle que agradecieron sobre todo los más jovencitos, que ya van tomando nota de cómo se viven las fiestas en esta localidad.
Al llegar a la plaza Mayor, los miembros del equipo de gobierno del Ayuntamiento local, junto a representantes de las peñas, les estaban esperando para arrancar el chupinazo que daría el comienzo oficial de las fiestas.
El primer edil Julio César Herrero, que no quiso llevar nada escrito este año, sacó palabras de su corazón, dando en primer lugar las gracias a los que cuidaron durante estos dos duros años a todos sus vecinos. Acordándose de los que no han llegado a este San Buenaventura 22, agradeciendo a la vez el comportamiento ejemplar de todos sus vecinos sintiéndose muy orgulloso de ellos.
Por otra parte, un representante de peñas, concretamente de los nacidos en 1979 se dirigió al público, reivindicando que las fiestas de San Buenaventura sean ya declaradas de Interés Turístico Regional. Haciendo también mención a la figura de la mujer moralejana en estas fiestas, seguidamente otra representante de las peñas también tuvo unas palabras de dedicación a sus vecinos, invitando a los forasteros en nombre de todos a pasar unos días al calor de la gente y bajo la protección del sombrero verde de San Buenaventura.
Tras estas palabras, una lluvia de globos y sombreros verdes cayó sobre la muchedumbre que abarrotaba la Plaza Mayor, comenzado oficialmente la amplísima programación festiva que durará hasta el próximo domingo día 17.
Al terminar el chupinazo, tuvo lugar una suelta de vaquillas y capea tradicional que dio paso dos actuaciones musicales simultáneamente, La Orquesta Apolo y la actuación del Grupo Pedrá, con un tributo a Extremoduro, esta última a cargo de la peña “El Impacto”
La noche continuará con la suelta del toro del aguardiente y más charangas de madrugada.