También quiso recibir el agua bendita un transeúnte que pasaba por allí
Las calles de Ciudad Rodrigo albergaron durante la mañana del domingo una de las procesiones religiosas más peculiares de todas las que se organizan cada año en la ciudad: la procesión motorizada que promueve la Parroquia de San Cristóbal para celebrar al santo que le da nombre, aprovechando que es el patrón de los conductores.
En esta ocasión, la celebración de San Cristóbal con la procesión motorizada (que no se dejó de realizar en los años de la pandemia del coronavirus, ya que no había problemas de distancias de seguridad al ir cada participante en su propio vehículo) coincidió con la jornada en la que aparece la festividad en el calendario litúrgico (otros años se mueve al domingo más cercano). Como es habitual, la conmemoración arrancó con una misa en la Iglesia de San Cristóbal presidida por el párroco Rafael Caño, quién estuvo acompañado por Domingo Peinado.
A su finalización, fue turno para la procesión motorizada, que estuvo encabezada un año más por la dotación de servicio de la Policía Local. A continuación, procesionó la imagen de San Cristóbal en la baca de un Renault 5 de color rojo. El tercer vehículo en la comitiva fue el habitual jeep en el que viaja el párroco Rafael Caño, que volvió a ser conducido por Joaquín Sánchez ‘Tato Galerías’.
A partir de ahí, se sumaron todos los vehículos que quisieron para hacer un trayecto, mientras iban haciendo sonar sus cláxones, por las calles San Cristóbal, Paseo de Carmelitas, Hermanos García Carraffa, calle Santa Clara, rodeo a las Tres Columnas, calle Santa Clara, zona del Árbol Gordo, Avenida de Béjar, calle Virgen de la Peña de Francia, y Paseo de Carmelitas para volver hacia la calle San Cristóbal y alcanzar las puertas de la Parroquia.
Una vez allí, el vehículo con la imagen de San Cristóbal se situó en las inmediaciones de las escaleras que dan acceso al templo, para contemplar el paso de los vehículos hacia la calle Voladero. En el momento de pasar por allí, los vehículos fueron rociados con agua bendita por el párroco Rafael Caño.
Contabilizando los vehículos que abrieron la comitiva, en total participaron en la procesión 48 coches, a los que se unieron justo en el momento de impartirse la bendición otras 4 personas en otros tantos objetos sobre ruedas: dos sobre bicicletas, una en silla de ruedas y otra con un andador. Así, en total hubo 52 artilugios con ruedas que fueron bendecidos, una cifra ligeramente superior a la del año pasado, cuando hubo 49.
Como iba comentando el propio párroco según pasaban los coches, este año había unos cuantos ‘recién comprados’, mientras que sólo hubo uno ‘antiguo’ (otros años hay algunos más. Además, de forma excepcional, una persona que pasaba a pie por allí justo en el momento de pasar las bicicletas (que cerraron la comitiva) también quiso ser bendecido por Rafael Caño, quién asimismo, y como es habitual, roció con agua bendita a las personas que estaban congregadas a la sombra viendo la procesión.