Aldo y Analía llegaron a Peralejos de Abajo con sus tres hijos, Arwen Antonella, Leia Alexandra y Alan Gael, en noviembre pasado. Lo hicieron siguiendo la huella dejada por el reportaje publicado por LAS ARRIBES AL DÍA, a razón de la llegada de Felipe y Estela a esta localidad. Como en el caso de sus antecesores, su decisión estuvo relacionada con la grave crisis económica que atraviesa Argentina, donde el futuro de su familia era incierto, especialmente para sus hijos.
De gran carácter emprendedor, la situación económica impidió que sus distintos negocios puestos allí en marcha prosperasen, lo que esperan no suceda en España, si bien la llegada de una nueva crisis a Europa y a España, como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania, parece que no se lo pondrá nada fácil a pesar de estar acostumbrados a vivir con una inflación del 70%, nada que ver con el 7,2% interanual de España.
De su acogida en Peralejos de Abajo, Analía y Aldo aseguran que la relación con los vecinos “es como de familia, y mucho más para nuestros hijos, ellos son los que mejor se han adaptado, con total libertad en la calle, se han socializado mucho, nunca han ido a tantos cumpleaños como ahora”.
Y aunque el dinero es algo secundario para Aldo y Analía, reconocen que el principal problema que están teniendo es el empleo y la burocracia para iniciar proyectos emprendedores. Tras trabajar unos meses por sustitución de un empleado en el matadero de Vitigudino, Aldo no consigue trabajo de electricista, su profesión, por lo que no descarta recurrir al emprendimiento y montar su propia empresa ante la falta de oportunidades laborales.
Por su parte, Analía pinta y tiene un postgrado de Turismo Rural Comunitario. Su idea es la comercialización de productos naturales de cosmética, aunque reconoce que no es fácil “porque te exigen lo mismo que a una multinacional”, crítica que está relacionada con las medidas de seguridad sanitaria. Otro de los proyectos que estudian es la creación de una granja avícola de gallinas camperas.
En cualquier caso, ambos consideran que “el dinero es necesario para vivir, pero hay otras cosas en la vida tanto o más importantes, como es que tus hijos sean felices y puedan desarrollarse”, concluía Analía.