La comitiva por las calles contó con la animación musical de varios integrantes del Coro Parroquial
La barriada de San Andrés de Ciudad Rodrigo se volcó en la mañana del domingo a la hora de festejar la denominada Octava de Corpus, con la cual la celebración del Corpus Christi llega a todos los rincones de Miróbriga siete días después de que se conmemore en el recinto amurallado.
La celebración en el barrio de San Andrés comenzó con la habitual misa dominical en la Iglesia, presidida por el párroco Tomás Muñoz Porras, en la que ocuparon un lugar destacado el grupo de niños y niñas que a lo largo de las últimas semanas ha tomado la Primera Comunión en la Parroquia (la última en hacerlo fue una niña durante la mañana del sábado). Junto a ellos estuvieron un amplio número de familiares y otros fieles.
Finalizada la eucaristía, llegó la hora de la salida del Santísimo Sacramento a las calles del barrio, que este año ya se pudo realizar de forma íntegra, después de que en los dos años anteriores, por culpa de la pandemia del coronavirus, su estancia fuera del templo se limitase a visitar brevemente el altar que se monta enfrente de la Iglesia. Así, el Santísimo ya realizó este año su clásico recorrido por las calles San Antón, Canal, Mateo Hernández Vegas, Santa Clara y de nuevo San Antón.
A lo largo de ese trayecto, se habían desplegado de igual modo los tres altares habituales, en la confluencia de la calle San Antón con Los Caños, en la calle Mateo Hernández Vegas (donde además del altar en sí los balcones superiores contaban con ornamentación), y en la calle San Antón enfrente de la Parroquia. Entre altar y altar, la comitiva fue abierta por Flori Ratero portando una cruz, seguida por un estandarte de la Parroquia, y el nutrido grupo de niños de Primera Comunión, que le lanzaron pétalos a la custodia en cada uno de los altares.
A continuación, procesionaron el estandarte y la vara de mayordomía del Santísimo, antes del palio que cobijaba la custodia en manos de Tomás Muñoz Porras, cerrando el bloque de la comitiva varios miembros del Coro de la Parroquia, que fueron cantando y tocando guitarras durante el trayecto, que contó con un amplio número de fieles. De vuelta a la Parroquia, el Santísimo quedó expuesto para adoración hasta las 18.00 horas.