La Asociación Peña Gaviota impulsa en Villavieja un oasis para insectos polinizadores

La asociación Peña Gaviota impulsa en Villavieja un nuevo proyecto medioambiental bajo el nombre ‘Vida en las flores’, que consiste en la implantación de un oasis para insectos polinizadores a la salida del municipio junto en la carretera hacia Vitigudino, un espacio que servirá como “laboratorio a gran escala para estudiar el comportamiento de estas superficies y evaluar las posibles mejoras o actuaciones necesarias para atraer y dotar al espacio del máximo número de especies polinizadoras. El aprendizaje que aquí recibamos puede servir de apoyo en otras experiencias similares”, señalaba Felipe Bernardo, responsable de este colectivo.

El proyecto parte de un inventario fotográfico inicial de las especies de plantas e insectos existentes que se continuará completando a lo largo del primer año y posteriormente será comparado con la situación final, dentro de cuatro o cinco años, cuando las nuevas plantas ya se encuentren en pleno desarrollo y hayan desarrollado su efecto atractivo son los insectos.

En esta ocasión el esfuerzo ha ido destinado a los "insectos que se encuentran en situación de holocausto. En los últimos 30 años han perdido el 80 % de su biomasa y se extinguen a un ritmo ocho veces superior al de mamíferos y aves, al 2,5% anual. Los insectos son el segundo pilar del planeta, detrás de las plantas y sin ellos el sistema colapsa. Polinizan generando el alimento del resto, forman parte de la cadena alimentaria de infinidad de especies, descomponen la materia orgánica y la incorporan al suelo…, son imprescindibles e insustituibles”.

Para Felipe Bernardo, “‘Vida en las Flores’ nos ha llenado especialmente. Muchas de nuestras actividades anteriores han contado con la participación de cuatro o cinco individuos, a veces solo uno y en esta ocasión. Vernos entre grupos de hasta cincuenta personas alegres, diversas, activas, con ansias por aprender y cambiar la situación con su aportación, nos ha conmovido y emocionado, nos deja con las pilas cargadas para mucho tiempo. Se han generado relaciones de amistad entre personas con distintas realidades y a veces incluso con un alto salto generacional. Nos fascina que esta unión se haya producido en el contexto de una actividad ambiental enfocada a los insectos y que de ella vayan a salir nuevas colaboraciones. Cada vez nos parece más evidente que el inicio de algo mejor vendrá de abrirse, de escuchar y salir de la zona de confort que ya estamos viendo a dónde nos lleva. Es el momento de dar, el momento de la generosidad, puede que no haya otro”.

Por ello, desde Peña Gaviota quieren mostrar un “agradecimiento pleno a la Universidad de Salamanca por la sensibilidad que muestra con la convocatoria de ayudas para este tipo de actividades y al resto de agentes por todo lo que nos han hecho sentir”.

Tras esta actividad, Felipe Bernardo reflexiona sobre el papel de la asociación en la sociedad actual: “Todavía hay quien nos marca de conservacionistas, ecologistas o ambientalistas en tono peyorativo, sin pararse a pensar que el medio ambiente es el suelo que nos da de comer, el aire que respiramos y el agua que bebemos. Una persona en 80 años respira 600 millones de veces, consume unos 100 mil litros de agua y come de tres a cinco veces al día. Tratar de que el medio ambiente se mantenga limpio y en buen estado es lo sensato, incluso debería ser una prioridad común por la cuenta que nos tiene, pero andamos a otras cuestiones cortoplacistas.

Quienes nos dedicamos a estas cosas no hacemos mal a nadie, trabajamos mucho y nos cuesta dinero y tiempo que entregamos con gusto. No valoramos ni juzgamos a otras personas, ni a sus actividades de ocio y divertimento que en algunos casos son infinitamente más onerosas para las arcas públicas y para la naturaleza, aunque una parte importante de la población podría ya encontrarlas fuera de este tiempo, como así ocurre”.

Participantes en el proyecto

‘Vida en las flores’ ha sido una actividad muy participativa, con un alto número de agentes:

“- El Ayuntamiento de Villavieja de Yeltes facilitó el terreno y lo dotó con tomas de agua para el riego.

- Ángel y Ricardo, construyeron un mega-hotel para abejas solitarias polinizadoras, superando con creces las especificaciones dadas desde la Asociación, en el seno del proyecto AnidArte.

- La Asociación Peña Gaviota de Villavieja de Yeltes desarrolló la memoria de la actividad, coordinó a los diferentes grupos, los recibió con un almuerzo ligero, charla y buscó actividades para ofrecer por la tarde.

- Participantes del grupo Fridays For Future, estudiantes de la Universidad de Salamanca, sobre la base de la memoria facilitada por Peña Gaviota, solicitaron ayuda a la Universidad (Campus

Sostenibles USAL, iniciativas desarrolladas por el SAS) que ésta aprobó y que han permitido costear los autobuses que traían a los grupos de participantes desde Salamanca y una gran parte de las plantas que se han colocado.

- El grupo Fridays For Future se ha encargado de todas las gestiones necesarias para contar con las plantas, seducir a los grupos de personas que han ido a plantarlas, así como de las tareas administrativas necesarias para la justificación de las actividades. Han aportado mucha alegría, ganas, ilusión y juventud. Para nuestra asociación este grupo constituye una motivación infinita, nos llena de ganas de seguir con tareas ambientales, nos hace escudriñar más posibilidades y poder pensar en acciones grandes. ¡¡Millones de gracias PEOPLE!!

- Un alto número de personas, incluso de distintas nacionalidades (Alemania, Italia,

Francia, Perú, Estados Unidos, Bolivia, Brasil, Ecuador,…) y de comunidades autónomas que han acudido a las cuatro jornadas de trabajo convocadas.

- El grupo de Asprodes Vitigudino participó en la primera jornada de plantación, aportó cuatro durillos preciosos que habían cultivado y es el grupo que indiscutiblemente ha trenzado más metros de cuerdas de paquetes de paja de los empleados en marcaje de la zona.

- José Manuel, la nueva incorporación de Villavieja, venido desde Madrid, en los días fríos con su puchero de caldo nos subía los ánimos y en los cálidos, con la garrafa de limonada fresquita, nos bajaba la temperatura.

- El grupo de incansables de Asprodes Ciudad Rodrigo, nos dieron lecciones del manejo de la azada y aportaron cuarenta madroños (el orgullo de la plantación) y cien retamas amarillas que ya el próximo año animarán la entrada a Villavieja con su amarillo vivo.

- Lucas, con su pandero cuadrado y la alegría y buen ambiente que le acompaña, nos amenizó una de las tardes mientras Marieli, Joaqui, Paquí, Chelo y Nico nos iniciaron en el baile charro. Había gente con mucha facilidad, otros seguimos sordos de los pies.

- Asprodes Salamanca, buena gente, muy alegre y bailona, una de sus componentes hasta se atrevió con el baile de la botella y lo sacó adelante con mucho desparpajo. Hemos quedado con este grupo en hablar de hoteles de insectos y apoyar alguna de sus iniciativas en este sentido.

- Los primos Juan y Esther que hicieron el gran esfuerzo, una de las jornadas más cálidas, de vestirse con el traje charro y darnos una clase magistral de las partes que lo componen y la historia de esta vestimenta tan especial para el Oeste y por supuesto, la segunda lección de iniciación al baile charro. Nos gusta que gente de muchos puntos del planeta se haya llevado un pedacito de nuestra cultura.

- Alejandro, pendiente de todo, entregado a poner en marcha la primera jornada, un apoyo de todo el proceso que nunca falla”.

- El grupo “Aguadores” de WhatsApp creado por José Manuel, al que nos vamos adhiriendo la gente que queremos participar en el riego de las plantas de este oasis y de varios jardincillos que vamos creando por Villavieja.

- Pepe JR, fotógrafo de la última jornada que ha demostrado estar dotado de cualidades excepcionales en el riego con garrafa.