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MasterChef salda su “cuenta pendiente” con la “escultural y bella” Ciudad Rodrigo
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CIUDAD RODRIGO | TELEVISIÓN

MasterChef salda su “cuenta pendiente” con la “escultural y bella” Ciudad Rodrigo

Actualizado 21/06/2022 02:34

El equipo rojo se impuso en Miróbriga después de que el equipo azul no pudiera sacar unas patatas suflé

La 1 de Televisión Española emitió en la noche del lunes la 9ª entrega de la 10ª edición del talent de cocina MasterChef, cuya prueba de exteriores fue grabada en Ciudad Rodrigo el miércoles 23 de marzo. El protagonismo de Miróbriga, que se prolongó durante unos 54 minutos, comenzó a las 22.57 horas, tras una primera prueba en plató donde los concursantes tuvieron que trabajar con alimentos ‘apestosos’. Precisamente, como cierre de la misma, uno de los jueces, Jordi Cruz, anunció a los concursantes –sin mencionar el destino- que en la prueba de exteriores “nos esperan unos comensales que hace más de dos siglos demostraron que son peleones y exigentes, así que no se van a conformar con algo mediocre”.

El tramo dedicado a la prueba de exteriores comenzó con unas imágenes de Miróbriga aéreas y por sus calles, mientras Jordi Cruz la presentaba en off, empezando diciendo que “antigua, noble y leal, Ciudad Rodrigo se ha ganado esos tres títulos a golpe de fortaleza; sus murallas esconden uno de los patrimonios arquitectónicos más valiosos de nuestro país, y cada rincón de sus entramadas calles nos recuerda por qué todos quisieron conquistarla”. Incidiendo en ello, relató que “disfrutar de una ubicación privilegiada y estratégica, le ha obligado a librar batallas históricas, pero también ha convertido sus tierras en una valiosísima despensa gastronómica".

Así, dijo que “la vega del río Águeda es fértil, los cultivos de secano prolíficos, y las dehesas que la rodean son el mejor hábitat para el cerdo ibérico”, concluyendo que “saborear esta monumental ciudad es una cuenta pendiente que hoy por suerte vamos a saldar”. A continuación, ya aparecieron los 8 concursantes supervivientes de esta edición, junto a los tres jueces del programa, en la Plaza Mayor, dando la bienvenida Pepe Rodríguez a “la escultural y bella Ciudad Rodrigo”.

Jordi Cruz explicó que “hemos elegido este lugar porque Ciudad Rodrigo es resiliencia, también aplicable a MasterChef”, evocando que “en 1810 sufrió uno de los asaltos más épicos de nuestra historia, el del ejército napoleónico; Ciudad Rodrigo demostró que la rendición no es una opción y queremos que vosotros hagáis lo mismo”. Al hilo de ello le preguntaron a uno de los concursantes, Luismi, “¿Qué te pasa con la historia de Ciudad Rodrigo?”, contestando que “me encanta; si hablas con cualquiera de aquí, con cualquier farinato, te van a hablar de las dos brechas que tienen, que la primera la hicieron los franceses y la segunda los ingleses”. A raíz de ello, los jueces quisieron saber si se sentía identificado con esa capacidad de lucha y resistencia, a lo que el concursante dijo que sí, por el tiempo que ha estado para sacarse una oposición a bombero.

También en ese momento los jueces se dirigieron a la concursante de Salamanca que está participando en esta edición, llamada Vero: “no te quejarás, vas a cocinar en tu Salamanca del alma”, contestando ella que “espero que el menú sea de esta tierra, y así tenga alguna ventajita”. Al respecto, hay que apuntar que el menú tuvo algunos elementos de la tierra, pero también de otros lugares (como las judías de El Barco de Ávila), y además todo ello con un toque de vanguardia.

En concreto, el menú estuvo compuesto por 4 platos. Como entrante, Espárragos trigueros a la plancha con huevo poche, velo de papada y espuma de chorizo; como primer plato, Crema de Judías de El Barco con almejas, chips de alcachofas y esféricos de jamón; como segundo, Solomillo de ternera charra y tuétano con salsa perigueux y patatas suflé; y como postre, Perrunillas con crema fría de limón, helado de almendra y aire de canela, recordándose que todos los productos venían avalados por ‘Tierra de Sabor’ (la marca gastronómica de la Junta de Castilla y León).

Como novedad respecto a otros programas, los jueces fueron los encargados de distribuir a los 8 concursantes en 2 equipos, el rojo y el azul, teniendo la oportunidad la ganadora de la prueba en plató de escoger qué dos platos prefería que hiciera el equipo que le había tocado (escogió el primero y el postre). Repartidos los platos, los concursantes salieron ‘corriendo’ de la Plaza Mayor en busca de los alimentos que necesitaban, que cogieron de un camión del Supermercado de El Corte Inglés aparcado junto a la Iglesia de Cerralbo (de forma intencionada, la puerta trasera del camión estaba abierta de tal modo que no se podía leer íntegro ‘El Corte Inglés’, ya que sería publicidad encubierta, que está prohibida).

A partir de ahí, empezó el cocinado a las puertas de la Catedral de Santa María, para el cual los concursantes tuvieron, en la vida real, 180 minutos, alternándose en la emisión momentos del propio cocinado, conversaciones entre los concursantes, y discusiones, así como apariciones de los jueces. En una de las primeras, se habló del farinato, después de que Samantha Vallejo-Nágera comentase que “los tres [jueces] somos grandes amantes del buen embutido”. La juez le planteó a sus compañeros que, mientras degustaban un poco de farinato, dijesen qué ingredientes son necesarios para embucharlo, enumerándolos Jordi Cruz del tirón mientras Pepe Rodríguez comentaba que “el farinato con un par de huevos al lado es otra cosa”.

Respecto al cocinado en sí, en el que se fueron intercalando imágenes aéreas de la ciudad, la atención estuvo en que el equipo azul no logró hacer las patatas suflé que incluía el segundo plato. Como no iban a salir, se intentaron sustituir por patatas fritas, pero a la hora de hacerlas, quedaron “pochadas aceitosas”, por lo que fueron canceladas del plato. En los minutos finales del cocinado, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz se metieron en cocinas, para preparar las almejas y los espárragos, y para ayudar a envolver en plástico las preparaciones, “como si fuera de catering”, al tener lugar la degustación en otro emplazamiento, el Palacio de Montarco.

Allí, en su patio principal, los concursantes terminaron de preparar las cuatro elaboraciones con la ayuda de Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, cogiéndolas los camareros para llevarlas a “60 maravillosos vecinos de Ciudad Rodrigo” (aunque también hubo foráneos invitados) repartidos por las dependencias del primer piso del Palacio, a quiénes había dado la bienvenida Samantha Vallejo-Nágera.

Entre degustación y degustación de plato, Samantha Vallejo-Nágera habló con el alcalde Marcos Iglesias (sobre el farinato, y la Feria de este producto que se estaba preparando en aquel momento); con Jorge Llorente, viceconsejero de Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León (quién ha financiado la llegada del programa); con Fanny Gorjón, directora de la marca de garantía Ternera Charra (con quién se habló sobre el plato con su producto); y con Rubén Ramón, responsable de marketing y comunicación de Revisán Ibéricos. Como cierre de esta parte, los tres jueces se despidieron de los comensales, dándole las gracias al Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo por acogerles.

Los últimos minutos de MasterChef en Ciudad Rodrigo tuvieron como escenario la Plazuela de Herrasti (con el Pórtico del Perdón de la Catedral abierto), donde los jueces fueron realizando comentarios del trabajo de los dos equipos, antes de anunciar que el ganador de la prueba era el equipo rojo. Especialmente durante este final, pero también en los otros momentos de la prueba, se fueron ofreciendo testimonios de los concursantes grabados en la Plazuela de San Salvador o el adarve de la muralla. Como despedida, se ofreció un plano final alejado de Ciudad Rodrigo, dándose paso a la siguiente prueba en plató, en la que quedó eliminado justamente el concursante que había explicado en la Plaza Mayor mirobrigense las brechas de la ciudad.