De forma previa, hubo una serie de talleres infantiles para que los pequeños se familiarizasen con este producto
Ciudad Rodrigo vivió durante la mañana del domingo las horas finales de la Feria que ha dedicado durante este fin de semana de calor agobiante a su producto más emblemático, el farinato. Como eje de continuidad de estas horas finales de la Feria, en la Plazuela del Buen Alcalde estuvieron funcionando a lo largo de la mañana la veintena de puestos de venta de productos de alimentación y bebidas que se han desplegado en el lugar con motivo de la Feria.
Esa misma Plazuela acogió en el primer tramo de la mañana una serie de talleres para niños, impartidos por las alumnas de la acción formativa Culture 27, desde la cual se ha promovido el desarrollo de esta primera Feria del Farinato. En esos talleres, los niños crearon su propio farinato y un mandil de ese color, además de lucir sus nombres en la solapa en el complemento habitual del producto, un huevo frito. De igual modo, crearon propuestas de carteles para la Feria.
El evento estrella de esta segunda jornada de Feria fue una gran Farinatada, que se desarrolló en la Plaza Mayor de 13.00 a 15.00 horas. Durante esas dos horas, todos aquellos que quisieron pudieron pasarse por las inmediaciones de la Casa Consistorial a recibir de forma gratuita un plato de huevos fritos con farinato, preparados en el mismo lugar por la Cofradía Gastronómica de Amigos del Farinato.
Junto al plato, a todos los participantes se les entregó un marcapáginas que tiene como protagonista al Farinatero Mayor de este año, Eugenio Bernal (quién estuvo en primera línea repartiendo platos), y el pañuelo oficial de la Feria, que intentaba evocar los huevos fritos (eran blancos con la leyenda de ‘Feria del Farinato’ en naranja). Entre los que se acercaron a recoger su plato estuvieron unos cuantos miembros de la Corporación Municipal, así como unos cuantos participantes en el Duatlón Cross que se desarrolló durante la misma mañana.
Esta gran Farinatada estuvo animada por la Charanga Manliao, quién no se limitó a actuar en la Plaza Mayor, sino que se fue moviendo entre este espacio y la Plazuela del Buen Alcalde (donde a esas horas se estuvieron recogiendo los puestos), todo ello cantando y tocando, entre otras piezas, una letra que decía “era un Farinato gordo, gordo, gordo”, parafraseando la letra habitual con ese ritmo que dice sandía en vez de farinato.
Al igual que el sábado, las integrantes de Culture 27 estuvieron vendiendo papeletas para el sorteo de dos lotes de productos donados por los stands comerciales participantes en la Feria. Ambos lotes se los llevó una misma señora que se había gastado 100€ en números, aprovechando el fin solidario de la iniciativa, ya que todo lo recaudado con esa venta irá a parar a través de Cruz Roja a los damnificados por la invasión rusa de Ucrania. Entre los dos días se han conseguido recaudar 565€.