Nebrija y Salamanca Ciudad de Cultura

En estos días se está celebrando en la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca un Congreso con el título “Concilio salmanticense ‘Antonio de Lebrixa, gramático en su medio milenio’”, al celebrase el 500 aniversario de su muerte. El simposio está organizado por el Centro Internacional de la USAL, y en él participan diversos especialistas en Elio Antonio de Nebrija.

Entre otras temáticas ofrecen “claves novedosas” para la interpretación de su “Gramática sobre la lengua castellana”.

La apertura del simposio recogía la conferencia “En los orígenes de la lexicografía española: Palencia y Nebrija”, impartida por el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Real Academia Española, Pedro Álvarez de Miranda.

Antonio Martínez de Cala y Xarana o Antonio de Lebrija, más conocido como Elio Antonio de Nebrija o de Nebrixa, nació en Lebrija (Sevilla) en 1444, y falleció en Alcalá de Henares en 1522. Estudió en Bolonia y en Salamanca, y elaboró y difundió la primera Gramática castellana en 1492. Esta fue la primera gramática de una lengua vulgar.

Pero Antonio de Nebrija fue un autor humanista que, aunque su trabajo principal es el de la gramática castellana, superó el ámbito de la lingüística y fue experto en astronomía, medicina, derecho y exégesis bíblica. Nebrija fue, como tantos hombres notables de su tiempo un judío converso.

Salamanca debe mucho a Elio Antonio de Nebrija, cuya herencia ha llegado a nuestros días y, por tanto, merece la pena celebrar este quinto centenario de su muerte. E igualmente llevar adelante los frutos de su magnífica gramática, así como el conocimiento y difusión de nuestro gran idioma castellano. No en vano lo hablamos más de quinientos millones de personas por todo el mundo, incluyendo los hispanoparlantes de los Estados Unidos, donde constantemente está creciendo nuestra lengua.

Corresponde ahora hacer mención de otro acontecimiento menor, pero que tiene mucho que ver con el ambiente cultural de Salamanca en estos días. Me refiero a la celebración, promovida por el Excelentísimo Ayuntamiento de nuestra ciudad, en la que se recuerdan los 20 años de la declaración de Salamanca como Ciudad de Cultura y Saberes, que tuvo lugar precisamente en el año 2002.

Un amigo mío dice que Salamanca es toda ella una ciudad museo, al menos en su parte central y tradicional. Pero Salamanca es también una ciudad de todo tipo de cultura. Decía el gran Unamuno que “en Salamanca, a las ocho de la tarde, o das una conferencia o te la dan”.

Salamanca, con ocasión de la capitalidad cultural, creó la “Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes”, que programa y gestiona constantemente obras culturales de todo tipo: además de la multitud de conferencias, se programan obras de teatro, música tradicional y moderna, ballet, exposiciones y obras culturales de realización callejera.

Como medio de continuidad de la actividad cultural, se crearon y funcionan regularmente el Centro de las Artes Escénicas y de la Música (CAEM), el DA2 (Domus Artium 2002) o sala de continuas exposiciones, sobre todo de arte actual y de futuro, y se acondicionó el Teatro Liceo, para teatro, música, mesas redondas y conferencias. También se utilizan constantemente la Sala de Exposiciones Santo Domingo de la Cruz y el Auditorio de San Blas.

De igual modo, se ha creado la Escuela Municipal de Música, con Coros Musicales para pequeños, medianos y mayores. Igualmente se cuenta con la Orquesta Juvenil de Salamanca y con la Banda Municipal, que a veces alegra nuestra hermosa Plaza Mayor y numerosos rincones de la ciudad.

Finalmente, el Ayuntamiento ha programado para celebrar los 20 años de Salamanca Ciudad de Cultura, un amplio programa, que se ha desarrollado entre el 28 de mayo y el 7 de junio. El programa llevaba el título de “Festival Salamanca Lenguaje Universal de Cultura” y mostraba Narrativa, Danza, Escena, Lengua, Poesía, Música, Ciencia y Gastronomía.

Nebrija tiene en Salamanca una proyección universal, se perpetúa en los eventos culturales de actualidad, y nos compromete a seguir adelante con la dimensión cultural, completando la tarea permanente de nuestras dos Universidades. ¡Adelante, Salamanca!