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Atención a personas mayores en sus domicilios, salida laboral en el medio rural y una cuestión de felicidad
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INICIATIVA DE LA MANCOMUNIDAD DE VITIGUDINO

Atención a personas mayores en sus domicilios, salida laboral en el medio rural y una cuestión de felicidad

Actualizado 09/06/2022 19:14

Desde mediados de noviembre, 12 alumnas-trabajadoras forman parte de la Acción de Formación y Empleo (AFE) ‘Atención sociosanitaria a personas dependientes en el domicilio’, financiada por ECyL y promovida por la entidad supramunicipal

La atención a personas mayores se está convirtiendo en una de las demandas laborales más comunes en el medio rural. El envejecimiento de la población como consecuencia de un crecimiento de la longevidad, unido a un cambio de la estructura social familiar que deja en soledad a las personas mayores en los pueblos, está motivando nuevas estructuras en la atención a mayores, que prefieren permanecer en sus hogares todo el tiempo que su salud se lo permita.

La ayuda a domicilio se ha convertido en la solución a esa demanda en el medio rural, pueblos distantes entre sí y donde viven personas que requieren de una serie de cuidados que les facilite permanecer en sus casas. Ese es el objetivo de los programas ‘A gusto en casa’ y ‘Viviendas en red’ puestos en marcha por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León.

El primero de ellos trata de facilitar la permanencia de personas mayores en sus hogares facilitándole el servicio de atención a domicilio, y el segundo responde a las necesidades que se le presentan a esas personas en sus viviendas, muchas de ellas dependientes y cuya estructura funcional de la vivienda no es apropiada a sus nuevas condiciones de movilidad. El objetivo de ‘Viviendas en red’ es, por tanto, adaptar esas viviendas a la nueva situación de sus moradores y facilitarles su vida en ellas hasta que su salud se lo permita.

Ante estos cambios en la estrategia de la atención a mayores en el medio rural por parte de la Administración, la Mancomunidad de Vitigudino, entidad que integra a una veintena de municipios, ha logrado la confianza de la Junta de Castilla y León para la puesta en marcha de sendos programas en su territorio de influencia, junto con la Mancomunidad de Cabeza de Horno.

La puesta en práctica del programa ‘A gusto en casa’, que gestiona Asprodes desde hace unos meses, ha ampliado la oferta de empleo para el cuidado de personas mayores en los pueblos, por lo que desde la entidad supramunicipal que preside Alfonso Castilla, también alcalde de Peralejos de Abajo, solicitó al ECyL un programa mixto de formación y empleo de ‘Atención sociosanitaria a personas dependientes en el domicilio’, actividad que se desarrolla desde mediados de noviembre con la participación de 12 alumnas-trabajadoras procedentes de distintos municipios de la comarca.

Sobre el desarrollo de esta AFE, Castilla la calificaba “positiva”, pues recodaba cómo “desde la Mancomunidad se ha conseguido que 12 mujeres y otras tantas familias reciban una ayuda económica con las que está cayendo, además de formarse en una actividad profesional muy demandada en el medio rural”. Por ello, el presidente de la Mancomunidad aprovechaba para “agradecer a los docentes, Beatriz y Juan Carlos, como a la secretaria de la Mancomunidad, el trabajo que están realizando”.

Coordinado e impartido por Beatriz Benito Fernández, profesional con gran experiencia en el campo de la gestión de residencias geriátricas, esta Acción de Formación y empleo (AFE) comenzaba su parte práctica el pasado mes de abril después de la etapa teórica impartida en Peralejos de Abajo. En estos momentos, las 12 alumnas-trabajadoras acuden de lunes a jueves a distintos domicilios de municipios pertenecientes a la Mancomunidad para realizar sus prácticas, al mismo tiempo que prestan su ayuda a las personas en sus casas.

En total, 46 personas mayores residentes en las localidades de Barceíno, Bogajo, Cipérez, El Cubo de Don Sancho, Escuernavacas, Espadaña, Peralejos de Abajo, Sanchón de la Ribera, Villargordo, Villarmuerto, Villavieja de Yeltes y Yecla de Yeltes reciben ayuda a domicilio por parte de las alumnas-trabajadoras, de acuerdo a sus necesidades, servicio que en ocasiones se complementa con la ayuda a domicilio que presta la Diputación de Salamanca a través de los CEAS.

Las prácticas consisten en un trato individualizado de los usuarios de acuerdo a sus necesidades y sobre la base de la ayuda a domicilio. Entre ellas se encuentran “tareas domésticas, elaboración de menús en la propia cocina de los usuarios, estimulación cognitiva, acompañamiento en labores como la compra o ir a la consulta del médico, y control de constantes. Además, en atención directa, se realizan labores desde el aseo al vestido de los mayores, darles de comer, ayudas en la deambulación, movilizaciones…”.

Como señala Beatriz Benito, “además de prestar ayuda a personas dependientes, la finalidad principal es formar a las alumnas-trabajadoras, las cuales obtendrán el certificado de profesionalidad de ‘Atención sociosanitaria a personas dependientes en el domicilio’; de manera que teniendo esa formación puedan incorporarse al mercado laboral, concretamente en los municipios de mancomunidad, donde está aprobado el proyecto ‘A gusto en casa’ y ‘Viviendas en Red’, programas dotados con más de 2 millones de euros”.

Villavieja de Yeltes es el municipio de mayor población de la Mancomunidad, de ahí que sea uno de los lugares con más número de mayores beneficiados por estas prácticas. Esperanza sufre de problemas coronarios y el acompañamiento en sus paseos es fundamental. Encarna está realojada en una vivienda que no es de su propiedad hasta que los albañiles finalicen las obras en su casa, sufre problemas de movilidad y necesita ayuda para asearse y otras labores del día a día. Vicenta y Ramón sufren problemas cognitivos y necesitan de actividades para ejercitar su mente, y a Filo sus problemas de movilidad le dificultan hacer algunas de las tareas de la casa. Cada una de estas personas mayores necesitan un tipo distinto de ayuda, aunque todas coinciden en uno: la compañía. El vínculo que surge entre cada una de ellas y sus cuidadoras es algo difícil de sustituir, unos lazos que se han forjado por medio del cariño, el cuidado y el interés porque estas personas mayores sean lo más felices posibles en la última etapa de la vida.