“Si cuidas el planeta, combates la pobreza"

El viernes pasado celebramos el Día de la Tierra. Esto nos hace reflexionar sobre la importancia de cuidar el lugar que habitamos para garantizar que pueda ser el lugar que habiten las generaciones futuras. Igual que cada ser humano cuida su casa, para que el paso del tiempo no haga estragos en ella o su situación económica para sostener su vida y la de su familia, cuidar el planeta que habitamos es algo que no solo se remite a unos cuantos, ni requiere de grandes acciones. El cambio, simplemente, empieza con cada gesto, en cada hogar.

Los países se preocupan por su economía, por su política y líderes, por las tradiciones de su zona, por sus gentes, entre muchas otras cuestiones, pero a veces olvidan algo muy importante: el lugar que les alberga. El cuidado de nuestro planeta es una de esas cuestiones con las que todo el mundo está de acuerdo, pero que no todo el mundo sabe llevar a cabo. Somos conscientes de que el cuidado del planeta debe ser una prioridad individual, pero la ciudadanía necesita la información suficiente para poder actuar en consecuencia y las herramientas necesarias para llevarlo a cabo.

Tras haber sufrido en nuestras carnes una pandemia desoladora que nos ha recordado que nuestra naturaleza humana es vulnerable y ante la gran crisis sucesiva, es muy importante reforzar la cooperación y el cuidado del medio ambiente. El valor de la vida humana ha cobrado otro sentido, acentuándolo, emocionándonos, estremeciéndonos con cada fallecido y haciéndonos conscientes del cuidado que necesitan aquellas personas más vulnerables. Esto podría haber contribuido a crear un sentimiento de hermanamiento universal sin límites y que seamos más conscientes de que somos una única familia humana conviviendo en un único planeta.

Desde “Enlázate por la Justicia”, de Cáritas Diocesana de Salamanca, seguirán trabajando con la justicia universal por bandera, apostando por una ecología integral, que entiende la preservación del planeta como parte intrínseca de nuestra condición humana. Además, se unen al alegato del papa Francisco para solicitar a los gobernantes de la Unión Europea y del resto del mundo la condonación de la Deuda Externa de los países empobrecidos altamente endeudados, el cese de los conflictos armados y del comercio de armas y la propuesta del salario universal.

María Regadera Martín