Hostelería, comercios y las calles durante los actos litúrgicos han rebosado de público
Tal y como se esperaba, Salamanca ha estado repleta de visitantes durante toda la Semana Santa. El final de las restricciones que han permitido la celebración de los actos religiosos de Semana Santa así como el buen tiempo que se ha disfrutado durante los últimos días, han favorecido la afluencia de público.
El inicio de la semana dejó lluvias y temperaturas más propias del final de invierno, y trastocó los planes de alguna Cofradía, que vio como la espera de varios años se ampliaba una Semana Santa más, como el Santísimo Cristo de los Doctrinos y la Virgen de la Amargura, que se quedaron sin salir a la calle en el Lunes Santo. Sin embargo, el tiempo comenzó a cambiar desde el Martes Santo, con algunas procesiones desafiando las últimas gotas de lluvia, y ha ido mejorando a medida que avanzaba la semana, siendo el gran aliado de la vuelta a la "normalidad turística", con temperaturas que han oscilado entre 18 y 24 grados al final de la semana. Esto ha provocado gran afluencia de visitantes en los actos litúrgicos, destacando la abarrotada Plaza Mayor a la llegada de La Soledad. O la procesión en Pizarrales, en la que incluso el calor llegó a afectar a personas entre el público.
Hoy domingo, último día de la Semana Santa, se espera más calor y cielos prácticamente despejados. La previsión es totalmente primaveral con 6 grados de mínima y 24 grados de máxima, aunque la mínima será ligeramente menor la próxima madrugada, llegando a 6 grados. En cuanto a los cielos, se esperan algunas nubes altas, sin riesgo de precipitaciones.
Todo esto ha redundado en una gran ocupación hotelera y un notable impacto en la hostelería y el comercio, que tras una Navidad en recuperación, ha recibido con los brazos abiertos la inyección de vitalidad del turismo interior y que augura un verano muy positivo si la situación sanitaria y económica lo permiten.