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El restaurado Cristo del Silencio reina en la noche del Jueves Santo junto al debutante Lignum Crucis
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CIUDAD RODRIGO | JUEVES SANTO

El restaurado Cristo del Silencio reina en la noche del Jueves Santo junto al debutante Lignum Crucis

Actualizado 15/04/2022 03:35

Espectacular participación de cofrades en el desfile y espectacular asistencia de público

Cuatro largos años después (en 2020 –cuando la Cofradía cumplió 90 años- y 2021 lo impidió la pandemia, y el año previo, en 2019, la lluvia, siendo acercado en la tarde del Viernes Santo a la Catedral para La Carrera), la noche del Jueves Santo en Ciudad Rodrigo recuperó a su habitual protagonista: el Cristo del Silencio de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, que tuvo múltiples novedades tras tanto tiempo sin procesionar (la última vez que lo hizo en la noche del Jueves, en 2018, el recorrido se abrevió por la amenaza de lluvia, que acabó apareciendo).

Por un lado, el propio Cristo del Silencio -que hay que recordar que data del siglo XVI o XVII- ha sido restaurado durante este tiempo, en concreto, entre finales de 2020 y principios de 2021, por las restauradoras Carmen Diego Espinel y Carmina Fernández Bermejo. Aunque muchos llevaban mucho tiempo sin verlo, por lo que quizás no lo apreciaron, la principal diferencia del Cristo del Silencio respecto a su anterior salida estuvo en su ‘color’, al haberse retirado durante la restauración toda la suciedad que tenía.

Asimismo, se le hicieron las actuaciones oportunas para luchar contra la carcoma, o para reparar los dedos que estaban rotos. Por otro lado, aunque menos apreciable a simple vista, se ha restaurado la parte antigua de la carroza donde se encaja el Cristo del Silencio (que anteriormente se llevaba a hombros), barnizándola, limpiándola y dándole un tratamiento anticarcoma. Asimismo, se ha renovado el cableado de la carroza.

Mientras, en la parte ‘moderna’ de la carroza se colocó en la noche del Jueves, dentro de una urna, el Lignum Crucis, la reliquia de la Cruz de Cristo que se conserva en la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo que la Cofradía del Silencio quiso inicialmente (para la Semana Santa de 2020) procesionar en solitario en la noche del Sábado Santo, pero se acabó desestimando ese plan por la oposición eclesiástica (posteriormente llegaría la pandemia para cancelar cualquier plan para ese año).

Todas estas novedades fueron contempladas a lo largo de la noche del Jueves Santo por las calles del centro histórico mirobrigense por una espectacular marea humana, comenzando por el momento de la salida en la Plazuela Cristóbal de Castillejo. Como marca la tradición, el Cristo fue sacado en hombros de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro para ser introducido -previo recorrido a pie por la propia Plazuela- en su carroza, desde el balcón de una vivienda.

Una vez colocado, llegó el momento de la promesa del Silencio por parte de los cofrades participantes (que como es habitual lucieron faroles con una vela específica para este año). Esta promesa fue dirigida por el capellán de la Cofradía, Ángel Martín Carballo, quién en una breve reflexión hizo hincapié en la necesidad del silencio teniendo en cuenta el ruido del mundo de hoy a todos los niveles, poniendo como ejemplo aquellos que van escuchando música sin cascos.

A partir de ahí comenzó la procesión propiamente dicha (abierta una vez más por el caballo cuyo jinete porta el estandarte de la Hermandad), que transcurrió por el mismo recorrido que en los últimos años: calle San Juan, Colegios, Velayos, Sánchez Arjona, Plazuela del Castillo, General Pando, Colada, Plaza Mayor, Rúa del Sol, Muralla, Campofrío, calle Madrid, Plazuela del Conde, calle Cáceres y Avenida de Yurramendi para alcanzar la Catedral de Santa María.

Al igual que hubo un impresionante número de espectadores (favorecido por la gran noche en el apartado meteorológico), esta procesión también destaca por la altísima participación de cofrades, que tuvieron como destino la Plazuela de Herrasti, donde se dio por finalizada la procesión, procediendo a introducir la imagen a continuación en el Pórtico del Perdón, de donde volverá a salir en la tarde del Viernes Santo para la procesión del Santo Entierro (La Carrera).