La Ilustre Cofradía de la Santa Cruz volvió a formar tándem en la noche del Miércoles Santo con la Cofradía de las Angustias
Seis años después de hacerlo por última vez (desde el año 2017 su procesión de La Cruz tiene lugar en la mañana del Jueves Santo), la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz volvió a formar tándem en la noche del Miércoles Santo en Ciudad Rodrigo con la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, al recuperar en esta velada la procesión de las Cinco Llagas de Cristo que decidieron aplazar el Martes ante las cambiantes condiciones meteorológicas.
A la hora de volver a conformar este tándem que ya funcionó de 1992 a 2016, se repitió el esquema horario clásico: dos horas después de ponerse en marcha la procesión de las Angustias, la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz abrió las puertas de la Iglesia de San Pedro-San Isidoro para que empezasen a salir sus cofrades, luciendo una túnica de color granate con capucha que les deja el rostro descubierto (de ahí que llevasen mascarilla a juego) y portando un cirio (una vela de madera, hierro y parafina con llama).
En medio de todos esos cofrades salió el paso protagonista de esta procesión, el Cristo de la Buena Muerte (del siglo XVI) que se encuentra durante todo el año en la Iglesia de San Pedro-San Isidoro, que como principal diferencia respecto al resto de pasos semanasanteros mirobrigenses, es portado en posición horizontal directamente sobre los hombros por los costaleros a lo largo del trayecto, durante el cual se realizan 5 paradas para dar lectura a las denominadas Cinco Llagas de Cristo.
Como en la anterior ocasión en que se había podido celebrar esta procesión, en 2019 (en total apenas acumula 3 ediciones, ya que se estrenó en 2018), esas Cinco Llagas de Cristo, consistentes en pequeñas reflexiones, corrieron a cargo del capellán de la Cofradía, Fernando Dias Bailón-Alonso, tras las cuales se rezó un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. Para rematar cada parada, el Coro de San Andrés interpretó una canción.
A la hora de la lectura de las Cinco Llagas, se repitieron los puntos del año 2019, comenzando con la primera a las puertas del antiguo Convento de las Franciscanas Descalzas (lo que es hoy la Residencia Obispo Téllez). Tras salir de la Plazuela Cristóbal de Castillejo, la procesión continuó por Arco, Gigantes, Rúa del Sol (la 2ª Llaga se leyó a las puertas de la Iglesia de la Venerable Orden Tercera), Caballeros del Santo Sepulcro (la 3ª Llaga se leyó en el cruce de las Cuatro Calles, junto a la Casa de los Miranda), Campofrío, Muralla, cruce con la Rúa del Sol (donde llegó la 4ª Llaga), Enrique Zarandieta, Campo del Pozo, y de nuevo Plazuela de Cristóbal de Castillejo, donde se dio lectura a la 5ª y última Llaga.
Como se puede comprobar en la relación de vías, esta procesión apuesta por calles más estrechas y sinuosas, y por ende menos concurridas -en la medida de lo posible- del centro histórico mirobrigense (sin llegar a pisar la Plaza Mayor), en busca de mayor recogimiento, para invitar a la oración y a la reflexión, tanto a los cofrades participantes como al público que la contempla. La comitiva estuvo encabezada por un muñidor, es decir, un cofrade portando una campana (que era nueva) para anunciar el paso de la procesión. Como otro acompañamiento musical, tras el paso del Cristo de la Buena Muerte marcharon tres tambores de la Banda de la Cofradía.
Justo tras ellos, desfilaron como es habitual representantes de las otras cofradías de la Semana Santa Mirobrigense, con sus ropajes procesionales. Aprovechando que hacía una velada muy agradable en el apartado meteorológico, todo el trayecto de la noche del Miércoles Santo fue seguido por una buena cantidad de público, que se acercó principalmente a los puntos donde estaba previsto dar lectura a las Llagas.