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Arribes, el paraíso desconocido de la pesca deportiva
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Arribes, el paraíso desconocido de la pesca deportiva

Actualizado 09/04/2022 20:21

Al tramo fronterizo del río Duero, con sus zonas de embalse y recula, se suma el gran embalse de Almendra sobre el río Tormes con una superficie de 7.000 km²

Es cierto que en sus ríos no se encuentra ya la reina de la pesca deportiva, desgraciadamente la construcción de los embalses acabó con las poblaciones de trucha, pero no lo es menos que ese cambio morfológico de sus ríos han dado paso a extraordinarios escenarios para la pesca deportiva, y a falta de pintonas está el rey de la meseta, barbos por doquier, que con la carpa en el embalse de Almendra, son una excelente alternativa a las truchas para los pescadores de mosca, la técnica deportiva por excelencia. Las Arribes es sin duda un auténtico paraíso desconocido para la pesca deportiva.

Como señala el guía de pesca Marcos Elena, de la empresa Bo Fishing (www.bofishing.es), organizadora de excursiones de pesca en barco para disfrutar de este apasionante deporte al máximo nivel y con todo lujo de detalles, “en los diferentes ríos y embalses entorno a Las Arribes del Duero, tanto del lado salmantino como zamorano, podemos encontrar gran cantidad de peces de interés, siendo posiblemente el lucio, el black bass, la lucioperca y el barbo, las especies que más pasiones levantan entre los pescadores. Esto es debido, en gran parte, al tamaño que todas ellas pueden alcanzar en estas aguas y al reto que supone capturarlas. Para dar ‘caza’ a estos colosos de Las Arribes, las modalidades de spinning con señuelos artificiales y la pesca a mosca, son las más utilizadas; dos maneras de pescar muy dinámicas y divertidas, en las que el pescador es el que va al encuentro del pez, lo tienta con sus engaños -intentando asemejar una de las posibles presas de las que se alimentan estas especies- hasta que en el mejor de los casos, logra desencadenar la picada. Desde la pandemia, la pesca, al igual que otras actividades al aire libre, está en auge y cada vez son más los pescadores que disfrutan de los encantos de los ríos y embalses que tenemos el privilegio de tener en estos parajes y las emociones que esta afición les regala”.

En la zona salmantina hay que destacar como principales escenarios los ríos Duero y Tormes, especialmente en sus embalses, Aldeadávila y Saucelle sobre el primero, y el de Almendra en el segundo, además de los estuarios formados por los afluentes del Duero, Tormes en Villarino-Fermoselle, Huebra en Saucelle-Hinojosa, y Águeda en La Fregeneda-Barca dÁlva.

Aunque las poblaciones de pequeños ciprínidos como bogas han descendido considerablemente en el Duero fronterizo, lo cierto es que pueden capturarse grandes barbos, luicopercas y lucios de buen porte.

Embalse de Almendra

Por las posibilidades que ofrece a la pesca deportiva, hemos dejado en un ‘ladillo’ el embalse de Almendra, no de La Almendra como erróneamente algunos lo conocen. Esta gran masa de agua del río Tormes, que abastece la central hidroeléctrica de Villarino, ocupa una superficie de 7.100 km² pertenecientes a municipios de la provincia de Zamora y Salamanca, en el caso salmantino de las localidades de Almendra, Sardón de los Frailes, El Manzano, Monleras, Villaseco de los Reyes y Ledesma; y en el lado zamorano los municipios de Carbellino, Roelos de Sayago, Salce y Villar del Buey, entre los que se incluyen varias localidades anejas.

Como en el resto de espacios fluviales de la cuenca del Duero, la regresión de las especies piscícolas autóctonas ha ido en favor de la proliferación de especies invasoras, que en el caso de este gran ‘paraíso’ para la pesca deportiva han sido el lucio primero, después el alburno y por último el luciperca las que han incidido de una manera letal para especies como la boga, desaparecida en el embalse de Almendra. No en vano, en este embalse se pueden capturar barbos y carpas de buen tamaño.

Por ello, las posibilidades que ofrece el embalse de Almendra, bien desde la orilla, bien desde embarcación, son infinitas por cuanto las especies que en él habitan permiten el empleo de técnicas de lo más deportivas, tanto a mosca como al lance con señuelos artificiales, sin olvidar la pesca a la inglesa.