Demasiadas dudas en Unionistas

El fútbol camina con mucha más prisa que pausa, casi tan rápido como la propia vida; por ello, adelantarse al resto es fundamental para intentar conseguir un mejor resultado. Pero Unionistas parece estar por el momento ajeno a esta situación, al menos de cara al exterior…

¿Dónde están las renovaciones de muchos de los ‘pesos pesados’ del club? ¿Se está rastreando el mercado en busca de posibles incorporaciones? ¿Quién será el entrenador en la próxima temporada? Y, si no se ha renovado al actual director deportivo, ¿quién va a ocuparse de todas estas situaciones deportivas?

Cuando faltan solo 10 jornadas para el final de la presente temporada, muchas (demasiadas) son las incógnitas que debe resolver el club en cuanto a planificación de una plantilla que ha rendido de una manera muy desigual en lo que a fichajes se refiere.

Tan solo De Miguel, Pablo Espina, Salinas y Salva de la Cruz (ahora también Piña) han dado el ‘do de pecho’, pero ha sido el núcleo duro de jugadores del año pasado el que ha mantenido el equipo a flote en este debut en Primera RFEF; alguien debe asumir responsabilidades y dar la cara por muchas de las decisiones que se han tomado.

Aún está por ver si la surrealista salida de Dani Mori tiene el resultado deseado o, por el contrario, se trata de un capricho que muy pocos comprenden hoy en día. Solo el tiempo dará y quitará razones.

Y si en el apartado deportivo las cosas siguen estancadas, en el económico las cosas no le van a la zaga, porque el club va a tener que cumplir una serie de requisitos impuestos por la RFEF, cuando aún no tiene ni el Reina Sofía terminado; algo, por cierto, insultantemente vergonzoso y que tiene al Ayuntamiento como único responsable por su dejadez y falta de palabra.

Si se ha comprometido a hacer algo, debe ir hasta el final del camino; de lo contrario, incumple una vez más el acuerdo adquirido. Nada nuevo, vamos.

Unionistas deberá tener “un terreno de juego de hierba natural para la disputa de todos los partidos oficiales con una moratoria hasta la temporada 2022/2023”, cuando hace ‘nada’ se ha sustituido el césped artificial de su estadio por el deterioro del anterior.

También tendrá que disponer de iluminación suficiente para la disputa de un partido oficial en horario nocturno y con luminosidad suficiente (mínimo 600 luxes) para cuando el partido deba ser emitido por televisión en horario nocturno; este hecho está ya en camino con la colocación de las nuevas torretas.

Asimismo, y si el club sigue en la temporada 2023-24, deberá contar con un presupuesto de 1,5 millones de euros, “siempre que los ingresos por la cesión de los derechos de televisión sean de un mínimo de 500.000 euros de media por equipo que los haya comercializado de forma conjunta y de 700.000 euros en cualquier otra circunstancia y momento”, según señala la RFEF.

Éstas y otras decisiones son las que el club debe tener ya en mente porque el tiempo vuelo y, por el momento, demasiadas dudas son las que acechan a Unionistas, que en los próximos dos partidos dirá si puede soñar con el play off o conformarse con estar en mitad de tabla. Para lograr lo primero echaron a Dani Mori, ¿no?