El excepcional encierro con 7 toros para celebrar la histórica jornada acaba eternizándose

De igual modo que este Miércoles de Ceniza de 2022 pasará a la historia por haberse concedido Cenizos, también lo hará -o al menos será recordado durante bastante tiempo- su encierro, que acabó eternizándose, superando incluso la duración del encierro a caballo del Domingo de Carnaval (el de la mañana del miércoles duró 1h.23’ frente a la 1h.15’ de la jornada dominical).

Para empezar, con el objetivo de resaltar que este Miércoles de Ceniza era “un día especial” –en palabras del presidente de la Comisión encargada de organizar el Carnaval, Ramón Sastre-, el encierro contó finalmente con un toro más de lo habitual –y de lo inicialmente anunciado-, llegando a los 7, que tuvieron la compañía de 7 bueyes.

En lo que respecta a los toros, fueron los 4 astados de los Hermanos Sánchez Herrero del Concurso de Recortes del Domingo (cedidos por Arte Charro Espectáculos y Lidiarte); dos de los astados del encierro del Lunes, pertenecientes también a la ganadería de los Hermanos Sánchez Herrero; y el ejemplar de la ganadería Valle Blanco que compró el Ayuntamiento mirobrigense para el encierro a caballo del Carnaval 2020 y que no pudo salir por ponerse enfermo.

Durante estos dos largos años, este ejemplar, de nombre Limonero, ha estado pastando en Ciudad Rodrigo, quizá con una calma que demostró por completo en la mañana del Miércoles, quedándose desde el principio totalmente rezagado de sus compañeros y costándole 1h.19’ alcanzar la Plaza Mayor (parecía que iba a costarle mucho más, pero dio un fuerte arreón desde el Registro hasta el ágora). Por cierto, que como inicialmente se anunció que este encierro iba a tener 6 toros, a más de uno le pilló de sorpresa la llegada del 7º, por el retraso que traía respecto a sus compañeros de carrera.

Ese toro no fue el único ‘problemático’ de la mañana, ya que, aunque el resto de animales subieron más o menos juntos, aunque muy estirados, una vez en la Plaza costó un mundo meterles dentro de los toriles. En ello fue clave un joven madrileño que contribuyó a la introducción de al menos cuatro toros (fue ovacionado por ello). Asimismo, a uno de los dos previos a la llegada de Limonero hubo incluso que meterlo con la soga (1h.05’ después de haberse iniciado el encierro). Finalmente, a las 12.23h. de la mañana se logró introducir al último de los astados, a Limonero, en los toriles de la Plaza.