Señor perro, ¿dónde mea usted?

Tratar a los perros de usted es fundamental hoy para dirigirse a… sus dueños. Los perros no hablan (¿ o sí?), actúan por instinto. Por instinto natural cagan y mean. Sus dueños los sacan a pasear, como corresponde, y les cuidan amorosamente. Perfecto.

Mientras, en el zócalo del escaparate de mi tienda un día sí y otro también friego meadas de perros. Está todo hecho un muladar de olor, de mal olor. En la entrada al portal de mi casa hay meadas todos los días, nace allí otro hermoso muladar de olores, de malos olores

En Salamanca, algún medio lo publicó el otro día: hay más perros que niños. Pues nada, ¡seamos todos felices nadando en un río de meadas de perros! El mundo que acompaña a los accesorios y moda de las mascotas alcanza en los centros comerciales unas dimensiones extraordinarias. Al veterinario sin cita previa (como el oftalmólogo, por ejemplo) ni se te ocurra ir.

Yo me pregunto si puede ser uno amante de los animales y al mismo tiempo respetar a los demás, respetar la limpieza, las buenas maneras. ¿Por qué los dueños (as) dejan que sus perros meen en las entradas de los portales y tiendas? Si mearan en sus salones y cocinas, en las puertas de su lugar de trabajo, ¿cuál sería su reación?.

A mí me parece muy bien todas las cosas positivas que nos aportan las mascotas. Pero hay que educarlas como es debido. Despreciar de forma tan ofensiva el derecho de los demás no es precisamente tener una idea clara de en qué consiste la libertad.

Si el perro razonara y tuviera criterio, no lo haría. ¿Por qué lo hace el dueño (a)?