Pistacatro & Banda Municipal, comunión para un tiempo feliz
La Compañía gallega Pistacatro presentó en el Liceo, con el aforo completo, su nuevo espectáculo: Orquesta de Malabares. Un variopinto espectáculo ideado para el amplio entretenimiento de todos los públicos. Muchos niños y familias en las butacas para pasar un tiempo feliz que se hizo corto. Un guión variado nos propone esta veterana compañía, ajustando la puesta en escena en el sendero de la comedia y el divertimento. Los componentes, duchos en las artes circenses de los malabares con bolas y mazas , van más allá, utilizando la riqueza teatral y gestual del mimo para desarrollar breves números donde la imaginación y la magia visual se empareja con un ritmo y una sincronía en los ejercicios que denota un alto grado de capacidad artística y actoral.
Pero lo más original y creativo de esta presentación es la novedosa simbiosis (al menos para mí) de la pura habilidad y genialidad malabar con la música, en este caso con la Banda Municipal de Música de Salamanca, dirigida por Mario Vercher (medio actor también en esta ocasión).
El acercamiento de la música clásica (Orquestas, Bandas) a un público más amplio que el selecto típico, utiliza hoy en muchas obras sistemas ajenos a la seriedad del pentagrama, sin por ello menospreciar ni socavar la esencia de la música, llamémosla, “eterna”. En este sentido, Orquesta de Malabares, cumple a la perfección el objetivo. Y, además, lo hace consiguiendo un perfecto equilibrio entre el arte que dominan y la música con la que “dialogan” en una conversación de buen rollo y, aunque parezca mentira, yo diría que en el mismo idioma.
Es una clara demostración de la complementariedad de las artes, de un mestizaje como el que nos ocupa, cuyo cóctel final es tan luminoso y feliz como las sonrisas del público infantil que acudió a la velada dominguera del Liceo.
El elenco de artistas no escatimó en ningún momento entusiasmo en su trabajo en el escenario. Tablas que, por momentos, se llenaron de jolgorio, disfraces, pelucas, creatividad y solvencia actoral. Y eso va también por los músicos de la Banda Municipal. Cuerda, madera, metal, percusión, todos rayaron a una excelente altura, mimetizándose con frescura y gracia con la propuesta de Pistacatro.
Un bis genial, largos aplausos, tres veces a saludar, y caída de telón de un tiempo feliz.
Toño Blázquez
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