Bajo el volcán

'Bajo el volcán' (1947) del inglés Malcolm Lowry es una de las más hermosas novelas contemporáneas. Transcurre en el Día de los Muertos de 1938 y narra lo que acontece tal día al excónsul británico alcoholizado Geoffrey Firmin en la ciudad mexicana de Cuernavaca. Narra un descenso a los infiernos en la vida de un ser humano. Pero, al tiempo, este ser humano, verdadero ángel caído, se nos muestra como el buen samaritano, otro de los arquetipos que en tal relato aparece. Es una novela ya clásica y muy hermosa. Léanla. Es totalmente recomendable.

Vivimos días bajo el volcán. En la hermosa isla canaria de La Palma, el volcán Cumbre Vieja, activo desde hace varios días, está provocando la devastación. Son varios centenares de casas y edificaciones los que se ha llevado por delante, provocando la desolación y el desamparo a no pocas familias y malogrando la cosecha de plátanos.

Pero este avance destructor e inmisericorde de la colada de lava puede ser tomado, también, como una metáfora o como un símbolo de lo que en estos tiempos nos ocurre.

Vivimos bajo tantos volcanes? Son tantos volcanes los que vuelven la vida difícil y precaria para tantos seres humanos? Tantos tipos de volcanes nos amenazan?, que parece que, en nuestro presente, no hay tierra sólida y firme de ningún tipo.

Los volcanes de las intransigencias, de las fobias y agresividades contra las minorías de todo tipo; los volcanes del racismo, de la exclusión de los seres más frágiles (migrantes, refugiados, fugitivos de guerras y catástrofes, también de las hambrunas y de todo tipo de violencias?), a los que les oponemos muros, concertinas, alambradas de todo tipo? Todos estos volcanes, y otros muchos que podríamos indicar y de los que cada día se hacen eco los medios de comunicación, son amenazas que de continuo están ahí y ante las que somos, en la mayoría de los casos, indiferentes, cuando no coadyuvantes a que tengan lugar.

Vivimos días de fragores e incendios y llamaradas ?físicos y simbólicos también? de un volcán, que está azotando la hermosa isla canaria de La Palma, pero que ?de un modo figurado? vivimos también un tiempo en el que otros volcanes, no menos destructivos, están azotando a los seres humanos más indefensos.

El cónsul Firmin de 'Bajo el volcán', de Malcolm Lowry, en su particular viaje a los infiernos debido al alcoholismo, no ha perdido sin embargo el sentido de la dignidad, esa actitud de buen samaritano frente a la humanidad que sufre.

Necesitamos actitudes así, inclusivas, humanistas, abarcadoras, no excluyentes, que entiendan que todos los seres humanos son sujetos de dignidad y, por ello, de respeto, de atención, de cuidado, de acogimiento en nuestros territorios físicos y anímicos.

Solo así podremos tener sentido y salvarnos de la barbarie.