Este año se cuenta con una zona de juegos que busca que los chavales se familiaricen con conceptos teatrales
La Plazuela del Buen Alcalde de Ciudad Rodrigo volvió a vivir durante la mañana del viernes, por tercer día consecutivo, una gran fiesta teatral de la mano del Divierteatro, que como venimos apuntando, está teniendo una mayor participación que el año anterior, llegándose al punto de que en esta tercera jornada del programa hubo incluso que hacer cola en algún momento dado para entrar (hay que recordar que el aforo está limitado, y se va dando entrada a los niños por grupos según van saliendo otros).
Entre los que se acercaron en la mañana del viernes por allí (obviamente en su caso sin hacer cola) estuvieron numerosos miembros de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo (que permite el programa con una subvención de 40.000?) encabezados por el alcalde Marcos Iglesias, quién destacó que el Divierteatro es "un momento muy entrañable para el público mirobrigense, porque se genera la afición y el interés por las Artes Escénicas, que es de lo que se trata: sembrar escuela en los niños de Ciudad Rodrigo". Asimismo, resaltó que pese a la pandemia, "la llama del Divierteatro sigue viva".
Durante su tranquilo recorrido por la Plazuela (en el que estuvieron acompañados por el director de la Feria, Manuel Jesús González), los integrantes de la Corporación tuvieron la oportunidad de contemplar algunos minutos de los cuatro espectáculos de pequeño formato que había: ¡El gran Calibán! de Teatro Alúa, el espectáculo de marionetas Dom Roberto de Valdevinos Teatro, el montaje circense Tres al cubo de Cirk About It, y la siempre concurrida intervención de Denis Rafter como Mister Cafola, el vendedor de helados.
Asimismo, los miembros de la Corporación llegaron a sentarse para participar en uno de los 4 juegos desplegados por el corredor derecho de la Plazuela, varios de ellos inspirados en concursos televisivos, como en el que tomaron parte, denominado Rosco de Teatro, en el cual los participantes deben adivinar, al estilo del Rosco de Pasapalabra, las palabras escondidas tras una serie de definiciones.
Como explica la responsable del Divierteatro, Miriam Hernández, el objetivo de este juego es que los chavales se vayan familiarizando con el vocabulario teatral, existiendo dos niveles de dificultad dependiendo de la edad de los niños participantes. Como curiosidad, el popular Pasapalabra que dicen los concursantes del programa televisivo cuando no se saben una palabra, es sustituido por la expresión Mutis por el foro.
El juego vecino se denomina ¡Atención Público! y pretende que los chavales conozcan el decálogo del buen espectador, cuyos epígrafes (guardar silencio, mantener los móviles apagados, aplaudir al concluir la función, etc.) están repartidos por partida doble en unos tarjetones colocados boca abajo al inicio del juego. Cada chaval tiene la oportunidad de darle la vuelta en cada turno a dos tarjetones, siendo el objetivo ir encontrando los epígrafes idénticos.
El tercer juego se titula ¿Y tú qué sabes?, siendo una especie de Ruleta de la Suerte, es decir, existe un panel con una frase o concepto oculto repartido por sus letras, a las cuales se les va dando la vuelta según los chavales las van adivinando. Lo que se esconde cada día en el panel son curiosidades teatrales. Por ejemplo, lo que se estaba buscando en la mañana del viernes era aquella vieja expresión teatral de 'Desear mucha mierda'. Una vez descubierta, se fue explicando de dónde viene la misma a los diversos grupos de chavales que fueron pasando por allí.
El cuarto y último juego es la Ruleta del Theatron, consistente en una ruleta con 8 casillas con diferentes épocas históricas: La Prehistoria, Roma, el Siglo de Oro, la Edad Media, Grecia, la época isabelina, los siglos XVIII y XIX, y la actualidad. En el juego, los chavales hacen girar la ruleta, y dependiendo la casilla en la que caigan, afrontan un reto u otro en torno al público en ese momento histórico (siguiendo la temática general del Divierteatro de este año). En este sentido, por ejemplo, se aprende cómo estaba distribuida cada clase social en los distintos espacios de los anfiteatros romanos, algo similar a lo que se plantea en la casilla del Siglo de Oro.
A la hora de acercarse a los juegos, los chavales lo hacen guiados por los jóvenes monitores del Divierteatro, siendo repartidos por los mismos en función de aquello en lo que han participado en días previos (se les pregunta a la entrada), para que no repitan. La participación en estos juegos tiene una recompensa en forma de chucherías, que son recogidas por el monitor que les acompaña, que se las entrega en el momento de la salida cuando los niños son recogidos por sus padres.
En ese momento, también se les hace entrega de una bolsa con la imagen del Divierteatro, en la que pueden llevarse aquello que han construido en la zona de talleres de manualidades ubicados en los soportales del lateral izquierdo. Tras el cuaderno del espectador del primer día y el títere-butaca del segundo, este viernes se estuvieron elaborando unas originales gafas del espectador. Para la realización de estos talleres, se siguen todos los protocolos en lo que al reparto de materiales y su desinfección se refiere.