Día entrañable para los recién comulgados y familiares, los cuales también trasmitieron su alegría al resto de cipereños
Poco a poco Cipérez recupera la normalidad tras 16 meses de pandemia. En esta ocasión los cipereños volvieron a vivir ese momento mágico que es para los cristianos el Sacramento de la Primera Comunión, y que regresó a la iglesia parroquial de San Pedro de la mano de Antonio, Diego y Unai.
Tras la ceremonia religiosa las calles de Cipérez recobraron parte de su alegría perdida en estos meses de covid, un día entrañable para los recién comulgados y sus familias, cuya alegría también supieron trasmitir a sus vecinos.