Felipe y Estela han decidido dar un giro a sus vidas y hace seis meses cruzaron el charco con cuatro de sus siete hijos para emprender un nuevo futuro en este pequeño pueblo de la comarca de Vitigudino
Ilusión, trabajo y compromiso para mejorar su pueblo. Alfonso Castilla sigue en su empeño por que Peralejos de Abajo, pueblo del que es su alcalde desde hace ya varios lustros, vuelva a recuperar la alegría que vivieron sus calles y plazoletas, aquellos tiempos de casas llenas de gente y niños jugando al escondite por los rincones. Por ello, no le importa echar horas cada día a una tarea invisible, de escasas alegrías y llena de desengaños y sinsabores, aunque su ilusión por conseguirlo todo lo puede. Y es que no hay mejor estímulo para lograr una meta que estar convencido de lo que se hace, así que con trabajo, empeño y determinación todo llega. Alfonso Castilla está convencido y quiere demostrar que vivir en un pequeño pueblo, a 70 kilómetros de una ciudad, en esa parte del mapa de esta piel de toro que llaman ahora la España Vaciada, tiene más ventajas que inconvenientes, aunque ya se sabe aquello de que 'nadie es profeta en su tierra' y de que no sabemos apreciar lo que tenemos, por eso es bueno que, aunque sea solo por unos momentos, alguien nos recuerde dónde y cómo vivimos, y que hay mucha gente en el mundo que estaría dispuesta a vivir en esta tierra a poco que se le facilitaran las cosas.
Felipe y Estela son ejemplo de lo anterior, matrimonio desde hace 28 años, "y dos más de novios", añade Estela, que han cruzado el charco con cuatro de sus siete hijos. Procedentes de Argentina, han elegido Peralejos de Abajo para darle un nuevo rumbo a sus vidas, escribir un nuevo capítulo en el que pretenden asegurar su futuro y el de sus hijos después de observar en su país cómo su porvenir estaba comprometido.
Felipe trabajaba como comercial de productos alimenticios para la industria y Estela ejercía de directora de Familia en un colegio privado. Vivían con sus siete hijos en una gran vivienda en la provincia de Buenos Aires, pero el confinamiento, debido a la pandemia covid, marcó un punto de inflexión en el discurrir de sus días, les hizo reflexionar sobre sus vidas y la de sus hijos. Esperanza, Fátima y Felipe, los tres mayores, ejercen como profesora de Arte, médica e ingeniero agrónomo, por lo que en un principio no han acompañado al resto de sus hermanos, Lucas, José María, Sonsoles y Salvador (Salvito), estos dos últimos en edad escolar.
"Vinimos porque estábamos buscando un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos, en un lugar de armonía, mejora de la calidad de vida, y donde nuestros hijos tengan una base para poder salir adelante, un futuro mejor que en el país donde vivimos". Con esas palabras Felipe responde a la pregunta que seguro se estaban haciendo cada una de las personas que están leyendo este breve relato, la historia de una familia valiente que decidió dejar todo lo que tenían y emprender otra vida en un sitio muy distinto del que siempre habían conocido, muy lejos de sus amigos, de sus conocidos, de su familia, muy numerosa ?por cierto?, como recuerda Estela, pues no en vano suma "más de 60 sobrinos directos", de ahí que dejarlos a miles de kilómetros de distancia haya sido lo más duro de sobrellevar desde que llegaron a Peralejos de Abajo el pasado mes de octubre.
Sobre la situación de su país, Felipe asegura que "las posibilidades de vida en Argentina me permitieron criar siete hijos, pero ellos no van a poder hacer lo mismo porque Argentina ya no ofrece esas posibilidades", a lo que Estela añade que "el futuro que le espera va a peor". La llegada de la pandemia y el confinamiento les hizo reflexionar sobre su futuro, coincidiendo ambos en la necesidad de idear un proyecto común que compartir con sus hijos, "que nos vaya entrelazando para el futuro, para vivir nuestra vejez, donde hubiera calidad de vida, porque allá la calidad de vida no es buena". Así que comenzaron a ver propuestas, frías, distantes y sin caras detrás, hasta que en ese camino, en la búsqueda de un proyecto con el que identificarse, se cruzó Alfonso Castilla, el alcalde de Peralejos de Abajo, un pequeño pueblo de menos de 150 habitantes cercano a la frontera portuguesa en la provincia de Salamanca. "Apareció Alfonso y otras propuestas, pero ninguna tan rotunda, clara, sincera y completa, además de su compromiso", recuerda Felipe, aunque, como añade Estela, "el trato humano es lo que realmente nos hace estar acá hoy, el trato humano tiene para nosotros un valor inmenso, se agrega que la casa es divina, que el pueblo es acogedor?".
El proyecto
Felipe reconoce que no le costó demasiado decidirse venir a España con su familia. Durante los cuatro meses en permanente diálogo con el alcalde, "no me podía creer la propuesta porque me parecía poco creíble por la experiencia que tenía por los políticos de allá. No podía entender que un pueblo estuviera buscando una familia y que nos dieran estas posibilidades de desarrollo". Las posibilidades a las que se refiere Felipe se centran en la cesión de una vivienda de propiedad municipal por un periodo de 15 años y cinco más de prórroga. A cambio, Felipe y su familia deberán correr con los gastos de reforma y adaptación del edificio para los negocios que intentan poner en marcha.
Una parte de la vivienda estará destinada a alojamiento turístico, aunque el principal atractivo será una parrilla o asador argentino en su gran patio trasero, donde también irá una piscina, "el diferencial" para los visitantes, añade Felipe. La otra parte del proyecto lo conforma una pequeña tienda de ultramarinos 24 horas, que se ubicará en un local anexo a la vivienda principal. "Estas obras las hemos valorado en unos 50.000 euros, lo que traducido en un alquiler serían unos 200 euros mensuales, teniendo en cuenta que la inversión realizada quedaría posteriormente en la vivienda", señala Castilla.
En estos momentos, el proyecto se encuentra en el proceso de lograr financiación, aunque mientras tanto, Felipe ha sido contratado por el Ayuntamiento para la realización de unas obras en el edificio del bar municipal. Sobre su nueva vida en Peralejos de Abajo, Felipe destaca el apoyo recibido desde el Ayuntamiento y en especial del alcalde. "Estamos encantados con la zona y contentos con la decisión, desconocíamos las costumbres y la forma de ser de la gente, imaginábamos que sería más reservada, pero no ha sido así, todos con los que interactuamos nos han abierto el corazón, el recibimiento ha sido impresionante. Creíamos que Europa era como los alemanes, pero nos dimos cuenta de que hay muchas europas y nunca pensamos que iba a ser tan linda esta Europa", asegura Felipe.
Como señala Castilla, "la integración ha sido perfecta por ambas partes, tanto por ellos como por los vecinos", a lo que Estela añade que "eso ayuda muchísimo". Son ya seis meses residiendo en Peralejos de Abajo y Estela prefiere invertir las preguntas después de la acogida que han experimentado por parte de los peralejanos, así que en lugar de responder qué esperan de Peralejos de Abajo, prefiere posicionarse del lado de la acción y contestar a: "¿Qué le vamos a dar nosotros a Peralejos? No podemos menos que devolverle un poco de lo que nos está dando. Nos sentimos muy bendecidos, pero estamos en el comienzo y donde todavía tenemos preguntas, no está la rueda hecha. Espero que Dios nos dé salud para sacar adelante el proyecto. Felipe dice que, a pesar del covid, este país nos va a dar la posibilidad de hacerlo, porque todo con trabajo sale adelante".
Lucha contra la despoblación
Pero la lucha del alcalde de Peralejos de Abajo contra la despoblación no se acaba aquí, esta última iniciativa es solo una pequeña parte de un proyecto más ambicioso y en el que ya trabaja para que en su municipio se establezcan más familias como la de Felipe y Estela.
En principio, el Ayuntamiento dispone de varias viviendas más en condiciones para ser habitadas, así como suelo urbano urbanizado que vende a precio de coste y libre de licencias e impuestos. Todo sea por ver llenas de nuevo las casas de Peralejos.