Paternidad. Poesía. 

El amor es más poderoso que todas las esferas, venían a decir, a su modo, los neoplatónicos renacentistas, en un eco que llega hasta los románticos y, particularmente, hasta Giacomo Leopardi. Y que, en nuestra poesía, alcanza hasta la 'Razón de amor' de Pedro Salinas, título que toma de aquel poema bajo-medieval castellano que comenzaba con estos versos (los cito de memoria): "Qui triste tiene su corazón / venga a oír esta razón, / oirá razón acabada, / hecha de amor y bien rimada."

Porque esa buena rima es siempre la del amor, la de ese amor poderoso que, en el fondo, es la razón vital de todos. Pues hemos venido al mundo para querer y para que nos quieran. Cuando le preguntaban a Gabriel García Márquez que para qué escribía, respondía siempre, invariablemente: "-Para que me quieran."

De ahí que el amor y su prima hermana la fraternidad sean las fuerzas y herramientas que poseemos los seres humanos para erradicar de nuestro mundo el odio, la violencia, las guerras y todo tipo de confrontaciones.

Curiosamente, el del inicio de la primavera es el día mundial de la poesía. La poesía es siempre, siempre, una razón de amor. Una razón de amor, marcada por el hemisferio emotivo del ser humano y por nuestra emotiva percepción del mundo y de los otros. Una razón de amor, marcada por esa subjetividad, por ese afecto, por esa intensidad y ese entusiasmo? que también mueven el mundo.

Curiosamente, dos días antes de la llegada de la primavera, a través la fiesta de San José, celebramos el día del padre. José, en hebreo, al parecer, significaría precisamente padre; mientras que María, tendría el significado de madre.

San José es el hombre silencioso, atento, entregado a su labor, a esa sobrecogedora labor de acompañar a dos seres sagrados y, al tiempo, estar ahí, entregado a esa misteriosa carpintería, a esa labor humilde, a ras de suelo.

Al parecer, San José tendría como protector y, al tiempo, ¿como vigilante?, al ángel Abdenago. Tal como podemos leer en 'El lenguaje de las fuentes', de Gustavo Martín Garzo, el mejor de todos sus libros. Siempre esa presencia angélica, como manifestación, invisible pero advertible al tiempo, de la presencia de la vida del espíritu.

De padre, vendrían patrimonio y patria; matrimonio y 'matria', de madre. Este último término, 'matria', era reivindicado por el universal mexicano Octavio Paz, uno de los máximos escritores contemporáneos en nuestro idioma.

Poesía. Razón de amor. Padre y madre. Son hilos verbales y conceptuales al tiempo, que nos surgen en este momento inicial de la primavera, en el que la luz y el tiempo nuevo se manifiestan, para que todos cumplamos ese máximo destino que nos aguarda en el mundo: el amor.