Cierra por jubilación la Hamburguesería El Ruso tras 35 años de andadura
Han vivido unos últimos días de lo más ajetreado ante la enorme cantidad de gente que ha ido a despedirse
El final del mes de agosto ha supuesto el cierre de un establecimiento de hostelería mítico de Ciudad Rodrigo: la Hamburguesería El Ruso de La Colada. El cierre tras 35 largos años de andadura se produce al haber alcanzado la edad de jubilación sus responsables, Eusebio (conocido por todos sus ?primos? como Ruso) y Chus, quienes han contado con la ayuda para regentar el establecimiento de sus tres hijos, Marta, Berta y Adrián, especialmente de éste último, un fijo en el mismo en los últimos lustros.
Tras permanecer cerrados varios meses como todos los establecimientos de hostelería debido al estado de alarma, han tenido un verano de despedida muy intenso, ya que todos los habituales querían comer o cenar por última vez, sobre todo aquellos originarios de la comarca mirobrigense que ahora residen en otros lugares pero que siempre se pasaban por allí en sus estancias veraniegas en la comarca. Especialmente destacado ha sido este último fin de semana de apertura, incluida la jornada del lunes, donde como Eusebio, Chus y Adrián apuntaban al concluir el último servicio (se reflejaba en sus caras el cansancio), posiblemente han tenido el fin de semana de agosto más ajetreado de toda su historia.
Y es que los mirobrigenses y los forasteros que todavía están por la ciudad querían probar por última vez todos esos productos genuinos del Ruso: los sándwiches Serradilla del Arroyo, Serradilla del Llano, Virgen de la Peña o Guadapero; las hamburguesas Lolo o Dani; los bocatas de chorizo ibérico, o de lomo de cerdo y tomate natural; los platos con huevos de Monsagro o Pastores, los montaditos de lomo o bacon, el revuelto de ?pilla?, y sobre todo sus patatas bravas, con su famosa salsa por cuya receta han preguntado buena parte de los que han ido a despedirse.
Con su cierre, dice adiós un establecimiento con una decoración llena de detalles peculiares, con una bicicleta colgada en el techo, recuerdos de una peregrinación a caballo hasta Santiago de Compostela en una vitrina, fotografías de equipos míticos de fútbol y fútbol sala de Ciudad Rodrigo, detalles de Portugal, el cencerro que se hacía sonar con las propinas, o el característico cañón situado a la puerta, recordando otros tiempos que nunca se han olvidado, como se ha encargado de recordar siempre Ruso con su popular grito de ¡Viva los que defendieron La Colada en tiempos de los franceses!, uno de sus gestos más distintivos junto al toque de sus castañuelas para animar cualquier momento.
En esta despedida, los responsables del establecimiento muestran su agradecimiento a todos los clientes que han tenido durante estos 35 años, quienes estos días les han deseado que disfruten a lo grande de esta nueva etapa de sus vidas.
