“Para una ciudad como Salamanca, las medidas son un poco drásticas, pero es fácil ir contra la...

"Una ruina". Se puede decir más alto, pero no más claro. "Para una ciudad como Salamanca, las medidas son un poco drásticas, pero es fácil ir contra la noche". Así lo señala Roberto Mangas, propietario del Centenera, uno de los bares míticos de la Gran Vía. "No considero que sean positivas, creo que es una guerra contra la noche", añade.

Medidas que decretan el cierre del ocio nocturno adoptadas sin un plan de ayudas para amortiguar el impacto en un sector ya de por sí castigado por la crisis de la pandemia, "Primero las medidas y luego ya veremos, pero nada de nada". Mangas considera que "nos han criminalizado, cuando en Salamanca es difícil saltarse las normas por la vigilancia policial".

Con unas perspectivas poco halagüeñas, "se presenta un futuro complicado para ciudades como Salamanca", añadiendo que "estás mandando al desempleo a un sector muy grande, bastante estamos aguantando, pero en esta situación es muy díficil, porque hay que pagar, por ejemplo, la renta de los locales, tengas abierto o cerrado; la luz, los salarios de los trabajadores".