Unas temperaturas muy altas durante toda la jornada invitaron a pasear con la noche ya caída
Como tantas otras cosas durante estos meses, este 23 de junio se ha vivido la Noche de San Juan más atípica, sin ningún resquicio puramente festivo pese a encontrarnos desde el pasado domingo en la Nueva Normalidad. En este sentido, localidades de la comarca donde San Juan abre el verano a lo grande como Robleda, El Payo y Navasfrías este año han tenido que contenerse y esperar a que vengan tiempos mejores para festejar.
En el caso de Ciudad Rodrigo, este año la Puerta de Santiago tampoco ha acogido en la Noche de San Juan una hoguera (aunque causalmente en la mañana del lunes hubo un fuego justo al lado) como había ocurrido en los cuatro años anteriores tras recuperarse la vieja tradición que tenían los vecinos de la calle San Juan de prender allí un fuego. Pese a que no había por lo tanto ningún evento que invitase a salir expresamente a las calles mirobrigenses, éstas sí tuvieron cierto movimiento al anochecer, especialmente después del intenso calor que había hecho durante todo el día en Miróbriga.
Ese anochecer que dio paso a la noche más corta del año fue bello de contemplar una jornada más desde la mencionada Puerta de Santiago, la muralla, o el entorno del río Águeda, que acogía a esas horas a algún que otro grupo disfrutando de la velada, incluido en las dos casetas-bar que están funcionando. Asimismo, fue una noche perfecta para disfrutar en la zona urbana de la ciudad del Barcelona-Athletic de Bilbao que algún que otro establecimiento ofreció en la terraza de sus bares, aprovechando la normativa que en la actualidad les permite hacerlo.