Ya puede haber coros, sigue suprimido el gesto de la paz, y continúa retirada de los templos el agua bendita
Una vez se ha entrado en la Nueva Normalidad, con nuevas normas establecidas por la Junta de Castilla y León para esta etapa, la Diócesis de Ciudad Rodrigo ha procedido a actualizar su normativa para el desarrollo de los actos de culto y otras actividades pastorales en territorio civitatense, con el objetivo de "recuperar progresivamente la normalidad de la vida eclesial siguiendo las prescripciones de las autoridades públicas".
Eso sí, pese a este intento de reestablecer la normalidad, seguirán dispensados de acudir a misa los domingos y las fiestas de precepto las personas con enfermedades crónicas, debilitadas, con riesgo potencial o de edad avanzada, así como las personas que convivan con esos enfermos y los cuidan. A todas estas personas se les invita a continuar con la lectura de la Palabra de Dios y con la oración en sus domicilios, uniéndose a las celebraciones que difundan los medios de comunicación.
En lo que respecta a las celebraciones litúrgicas en los templos, el aforo máximo permitido sube al 75%, debiendo guardar los fieles al menos 1,5 metros de distancia. Para reducir el riesgo de aglomeración en una única celebración eucarística, se aconseja ampliar el número de las mismas los sábados por la tarde y los domingos. Dentro del templo, la norma general es que los fieles lleven mascarillas, siendo obligatorio en el momento de entrar y salir del mismo y al desplazarse por el mismo (por ejemplo al ir a comulgar).
A partir de ahora, sí se permite que el sacerdote pueda estar acompañado en el presbiterio por concelebrantes, acólitos, monaguillos, lectores o cantores, pero guardando la distancia de seguridad de 1,5 metros. Los sacerdotes deberán guardar unas rigurosas pautas de higiene, "lavando bien sus manos" antes de la celebración, en el ofertorio y a la conclusión. De igual modo, se deben proteger las especies del pan y del vino durante la Eucaristía.
El gesto habitual de la paz sigue suprimido (debe hacerse alguno que no suponga contacto físico entre los fieles), mientras que la Sagrada Comunión se seguirá distribuyendo en la mano y no en la boca, eliminándose el diálogo entre el sacerdote y el fiel (se pronunciará de forma colectiva). De cara al reparto de la Comunión, se ha de respetar la distancia de seguridad, para lo cual se podrían establecer marcas en el suelo para fijar la separación entre fieles.
Respecto al sacramento de la Penitencia, se establece el refuerzo de las medidas de seguridad a través de las rejillas de los confesionarios: antes y después de la confesión se han de desinfectar los habitáculos del confesor y del penitente, al que se pedirá que use mascarilla. La confesión podrá realizarse fuera del confesionario, guardando la distancia reglamentaria, y usando mascarilla confesor y penitente.
A partir de ahora, sí está permitido el canto y que intervengan coros, aunque éstos deben estar a más de 4 metros de los asistentes. Mientras tanto, se recomienda no distribuir folletos y cancioneros a los fieles para las celebraciones, mientras que el cestillo se podrá pasar, debiendo los portadores llevar mascarilla y mantener la distancia interpersonal.
Funerales y otras celebraciones
Respecto a los funerales, bodas y otros sacramentos en los templos, también hay un aforo del 75% y la obligación de mantener la distancia de seguridad. En las comitivas fúnebres, podrán participar un máximo de 75 personas. Tanto para los funerales como para cualquier celebración, se pide que se eviten aglomeraciones en las entradas y salidas de los templos, habilitándose al menos dos accesos distintos, y recomendándose que estén las puertas abiertas en esos momentos de entrada y salida.
También en los templos, permanecerá retirada el agua bendita de las pilas, no habrá contacto directo con las imágenes expuestas al culto (se sustituirá por inclinaciones, reverencias u otras señales de respeto), y se deberán extremar las medidas de higiene. En este sentido, se desinfectarán los elementos comunes de los templos tras cada celebración (bancos, pomos y manillas de las puertas, etc.), y se pide que se ofrezca de modo permanente gel hidroalcohólico u otro desinfectante similar.
Como decretó la Junta el pasado viernes, a partir de ahora ya se pueden realizar actos de culto como procesiones en el exterior de los templos y en la vía pública, aunque deberán ser aprobadas por el Ayuntamiento, debiéndose guardar las medidas de seguridad. Mientras, en las reuniones de tipo pastoral en espacios cerrados, no podrá superarse el 75% de capacidad del local, además de mantenerse la distancia de seguridad.
Por último, en lo referente al Palacio Episcopal, las visitas guiadas a su parte noble se reanudarán en julio con un máximo de 10 personas en cada una, mientras que en el Archivo Diocesano y Catedralicio sólo podrá haber 2 investigadores al mismo tiempo en una misma sala, debiendo permanecer 72 horas en cuarentena la documentación que hayan usado antes de que pueda ser usada de nuevo.