Fueron y esperemos que seguirán siendo un "núcleo dinamizador de las relaciones sociales en el medio rural", como explica Juan Francisco Blanco, director del Instituto de las Identidades de la Diputación de Salamanca
El bar y la iglesia quizá sean dos de los tradicionales centros de reunión en la España rural. Sin duda, los establecimientos hosteleros cumplen esa función social.
Tal y como relata Juan Francisco Blanco, director del Instituto de las Identidades de la Diputación de Salamanca (IDES), el bar fue "núcleo dinamizador de las relaciones sociales en el medio rural, el bar ha sido a los hombres lo que la fuente a las mujeres. Con el tiempo, el #bar fue ganándole terreno socializador a las fuentes para unos y otras, convirtiéndose en referente capital como punto de encuentro; muy especialmente los domingos, al salir de misa".
Del mismo modo, recuerda que "con sus gaseosas de boliche, vasos de 'orange', de vino de pitarra, de vermús para los más pudientes? y de chochos o 'entremozos' para embaír el tiempo, los bares de nuestros pueblos han quedado fijados de esta guisa en la memoria individual y colectiva del siglo pasado".
Además, estos establecimientos "eran también el heredero del teleclub, con aquellas teles en blanco y negro que abrían ventanas a otros mundos. Y, cómo no, acogían las partidas de cartas, conservando algunos juegos practicados solo en la localidad o en la comarca, como el chingallón en Villar de la Yegua y pueblos del entorno".
La foto que ilustra esta pieza fue captada en Escurial de la Sierra y depositada por Justina Aparicio, dentro del Plan de Recuperación de Archivos Audiovisuales Familiares, promovido por el IDES de la Diputación de Salamanca.