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Saturio Serradilla, el médico salmantino que luchó contra la epidemia en 1918
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Saturio Serradilla, el médico salmantino que luchó contra la epidemia en 1918

Actualizado 12/04/2020
Kiko Robles

Salamanca vive hoy la pandemia de coronavirus, pero recuerda con pesar la fuerte epidemia de gripe española hace un siglo que costó la vida a miles de personas

Salamanca está viviendo, al igual que el resto del mundo, una crítica situación con la actual pandemia de coronavirus. Una crisis que en Castilla y León se está cebando especialmente con los salmantinos, con el segundo dato más alto de la región en cuanto a infectados y el primero en fallecidos. Sin embargo, no es la primera vez que el mundo, y lógicamente Salamanca, viven una situación similar. En 1918 más de 80.000 salmantinos se infectaron con la temida gripe española, que provocó más muertes en todo el mundo que la Primera Guerra Mundial.

La epidemia vivida hace 102 años tuvo consecuencias mucho más graves que las que estamos viviendo actualmente. La ausencia de un sistema de salud y la falta de apropiados medicamentos y materiales provocó que en Salamanca fallecieran en torno a 6.000 personas. De ellas, unas 4.000 perecieron en la capital charra, por su parte, en el total de pueblos de la provincia de Salamanca las cifras fueron especialmente altas, un total de 80.234 personas infectadas de un censo de 270.391 habitantes. El número de fallecidos ascendió a 2.617.

Pese a ser enfermedades distintas y sufridas en contextos distintos, la tasa de letalidad en Salamanca del coronavirus es similar a la de la gripe española. La tasa de la gripe en 1918 fue aproximadamente del 10 % de los infectados. Por su parte, el COVID-19 se ha cobrado 244 vidas de las 2.115 personas que han dado positivo en la provincia, lo que supone una tasa de letalidad del 11,5 %. Al menos con los datos actuales, sabiendo que las autoridades sanitarias solo realizan pruebas de detección a personas con síntomas, ya que el número de infectados asintomáticos haría descender la tasa en varios puntos.

Según apuntes de la prensa de la época, entre el 15 de septiembre y el 26 de noviembre de 1918, murieron en torno a 6.000 salmantinos, cifras que se elevan hasta los 8.000 en posteriores repuntes. Además de los fallecidos en la capital, hubo fallecidos en dos terceras partes de las localidades de la provincia. Sólo en la ciudad de Béjar hubo 238 muertos por gripe española, llegando a estar infectados 4.600 bejaranos de 9.900 habitantes que tenía la ciudad entonces. En otros pueblos se contaron 35 fallecidos en Armenteros, 47 en Fuenteguinaldo, 61 en Gallegos de Solmirón, 49 en Herguijuela de la Sierra, 11 en Guijuelo, 16 en Alba de Tormes, 37 en Santiago de la Puebla, 27 en San Miguel de Valero y 28 en San Martín del Castañar como ejemplos entre localidades más pequeñas.

SATURIO SERRADILLA, AL SERVICIO DEL PUEBLO

Al igual que en la actual situación, con una admirable dedicación por parte del personal sanitario, que se ha cobrado la vida de dos médicos en la provincia, fueron las personas dedicadas a la salud las que tomaron las riendas y trataron de evitar el mayor número de infecciones. En 1918 el nombre más destacado de la provincia es el de Saturio Serradilla.

Natural de Villasrubias, Saturio Serradilla Vicente, pasó su infancia en San Pedro de Rozados y acabó estudiando Medicina en la Universidad de Salamanca. Fue médico interno del Hospital Santísima Trinidad antes de ser nombrado médico titular en la localidad de Escurial de la Sierra, al pie de la Sierra de Francia.

Cuando se declaró la epidemia de gripe en 1918, Saturio decidió luchar con todas sus fuerzas y se entregó al cuidado de infectados no solo en Escurial, sino también en localidades cercanas como Linares de Riofrío y Navarredonda de la Rinconada. Su actuación fue tan enérgica y su dedicación tal que muchos vecinos lograron superar la enfermedad sin perecer. En 1920, las localidades de la comarca se unieron para solicitar un reconocimiento por su trabajo y en 1923 recibió la Gran Cruz de Beneficiencia, Escurial lo nombró hijo adoptivo y el Colegio Oficial de Médicos le dedicó un gran banquete en el Hotel Comercio de la capital charra. Saturio Serradilla falleció en su casa en 1959 tras una larga carrera y una tranquila jubilación en Escurial.

En 2018, en plena conmemoración de la epidemia, la Diputación de Salamanca rindió homenaje a Saturio Serradilla en colaboración con el Ayuntamiento de Escurial, donde se erige desde entonces una estatua en su honor. Un merecido homenaje a un profesional que se dedicó por completo a ayudar a los demás. Un homenaje que nos recuerda al de nuestro personal sanitario de hoy en día, que desde el pasado 14 de marzo son todos y cada uno nuestros actuales "Saturios Serradillas" dedicados en cuerpo y alma a vencer al coronavirus.

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