Guillermo Flores presidirá la nueva Junta directiva de la cofradía del Humilladero tras recibir...

La cofradía del Santo Cristo del Humilladero y Nuestra Señora de las Lágrimas ha fijado este sábado su nuevo rumbo tras la votación para la elección de la nueva Junta directiva y con ello la disolución total de los antiguos cargos que hasta ahora habían regido en este seno cofrade.

Ha sido a lo largo de esta semana pasada cuando el párroco de la ciudad, Lauren Sevillano, ha mantenido abiertos los plazos para la presentación de candidaturas a este nueva dirección, pudiéndose presentar cualquiera de sus cofrades, necesitando para ello formar un equipo de siente personas.

Finalmente solo era una la candidatura que optaba a los puestos, capitaneada por Guillermo Flores en la presidencia, a quien le ha seguido un equipo formado por Jesús Santamaría, Eduardo Manuel Vega, Francisco Javier de Manueles, Juan Antonio Díaz, María de Manueles y Antonio Martín.

El proceso de votación ha comenzado desde las cinco de la tarde de este sábado en el Cen

tro Parroquial, y a el acudía un goteo imparable de cofrades, que se ha mantenido hasta que a las ocho en punto se agotaba el plazo marcado y comenzaba el recuento.

Finalmente, con 71 votos a favor y 1 en contra, ha quedado aprobada por prácticamente el 100% de los votantes la nueva dirección, que comenzara su actividad de inmediato, tras recibir las llaves de la Ermita y diferentes enseres que se mantienen aún en poder del anterior responsable conocido.

Estas elecciones han sido el punto y final a un proceso que se iniciaba de manera formal hace ahora 7 días, con la presentación y posterior votación de los estatutos reguladores de la cofradía, aprobados días antes por el obispo de la Diócesis, Carlos López, tras redactar el texto definitivo surgido de los anteriores borradores presentados. Todo ello con el fin de ofrecer una estabilidad rápida en el núcleo directivo del Humilladero, quien hasta ese momento se mantenía vacante, tras la dimisión de la totalidad de su directiva, a falta tan solo de uno de sus miembros.