Baltasar Herrero recibía el título de Matancero Mayor, junto con cuatro matanceros de honor y dos mondongueras de honor, que recibían los típicos atuendos y su diploma acreditativo
Decenas de personas disfrutaron este sábado en Cipérez de la Matanza Tradicional, celebración que se convirtió en una gran fiesta gastronómica en torno al cerdo y todo lo que le rodea, en esta ocasión con una gran cochina ibérica de nada menos que casi 24 arrobas, o lo que es lo mismo, 270 kilos, ejemplar donado al pueblo de Cipérez por el ganadero Eloy Vaquero Martín.
La jornada arrancaba con el desayuno típico matancero, en el que no podían faltar las famosas obleas de Cipérez Pan de Ángel, como tampoco los mantecados de Aris y Amparo, y los dulces de Maricarmen, todo ello acompañado de aguardiente de La Ribera en el parque.
Con este rico 'aperitivo' comenzaban las labores matanceras Balta y Carlos, chamuscado con helechos, raspado, lavado y posterior despiece, proceso que fue narrado por dos mondogueras serranas, dando ambas un toque pintoresco y a la vez divertido a la matanza cipereña, salpicada también por los quintos 2020 y el colorido de tres gallos.
Y mientras Balta y Carlos con su equipo de ayudantes daban cuenta de la marrana, Mari Carmen e Inés, con su grupo de colaboradoras, preparaban la comida, 125 kilos de patatas meneás con sus correspondientes torreznos, además de hígado encebollado y sangre guisada, exquisita.
Junto a los actos matanceros, el parque acogía también una pequeña feria de productos gastronómicos y artesanos. Entre los productos gastronómicos ofertados cabe destacar los Licores de El Majuelar, rosquillas artesanas y embutidos J. M. Hernández, que ofrecería una excelente degustación de sus productos con motivo de su vigésimo aniversario, entre los que brillaría su morcilla.
A continuación tendría lugar la designación de los matanceros de honor 2020, acto que fue dirigido por el alcalde de la localidad, Francisco Alonso, y que correspondió a Armando, de Espectáculos Benítez; al diputado provincial Antonio Luis Sánchez; y al ganadero Eloy Vaquero Martín . Como el resto, también recibía la boina y el pañuelo de Matancero de Honor, Carlos Vicente, ayudante de Baltasar Herrero, que este año recibía el título de Matancero Mayor, por lo que le era impuesta la blusa especial de matancero.
Por su parte, en representación del equipo de mujeres colaboradoras, recibían el título de mondongueras de honor María del Carmen Herrero Rodríguez e Inés Hernández Herrero. Cada uno de ellos recibía la indumentaria típica, boina y pañuelo los hombres, y gorro, pañuelo y mandil las mujeres, además del correspondiente diploma acreditativo.
Finalizados los actos protocolarios matanceros, el público asistente dio cuenta unas ricas patatas meneás con torreznos preparadas por Carmen e Inés junto con sus ayudantes. Y tras este típico almuerzo matancero tampoco faltaría el café de puchero hecho a la lumbre y con tizón en su interior.
La tarde daría paso a juegos tradicionales, y ya con el sol a punto de ponerse, estaba prevista una nueva degustación de productos asados del cerdo que harían de merienda.