Salamanca lidera junto a Valladolid y Ávila la movilidad laboral autonómica

Salamanca y Valladolid marcan la pauta en cuanto a movilidad laboral en Castilla y León. Así se desprende del estudio publicado por El Confidencial en el que se analizan los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) aportados por los trabajadores al Instituto Nacional de Estadística (INE) a lo largo del periodo 2005-2019.

Ese trabajo, basado en los microdatos de la EPA, que habitualmente no se hacen públicos, revela que los trabajadores salmantinos se reparten mayoritariamente entre Zamora y Valladolid pero también viajan a diario a Palencia, Segovia y Ávila para cumplir con sus obligaciones laborales. En relación con esta última provincia, la inauguración de la Autovía de la Cultura (A-50) en el año 2009 supuso, inevitablemente, un incremento del flujo de movimiento de los trabajadores. En el sentido inverso, los datos revelan que Salamanca recibe mayoritariamente empleo procedente de Valladolid, Segovia y, sobre todo, Zamora, la capital que más carga de trabajo aporta a Salamanca.

El estudio de El Confidencial determina que a pesar del alto porcentaje de despoblación de Castilla, la conexión interprovincial por carretera es relativamente buena lo que favorece la búsqueda de empleo en varios kilómetros a la redonda sin necesidad de mudarse. Solo las fábricas de Renault ubicadas en Valladolid y Palencia absorben más de 10.000 empleos. Las instituciones regionales situadas en Valladolid, son también un gran foco de atracción laboral, como también lo es Zamora para el empleo agrario. No en vano, en la ciudad vecina se concentra una parte importante de la Ribera del Duero.

Su ubicación, en el extremo oeste peninsular, hace sin embargo de Salamanca una provincia periférica para la movilidad en dos de los mayores flujos que se producen en España, el del norte hacia el País Vasco y Navarra, y el del centro, con destino a Madrid. Tan solo un puñado de kilómetros -y unas comunicaciones por vía ferroviaria mejores- impiden a la provincia sumarse a esos movimientos que, junto al que se produce en el este hacia Cataluña y en el sur, merced al triángulo que forman Huelva, Cádiz y Córdoba, representan la mayor parte de esos desplazamientos que, en algunos casos, provocan paradojas como que el número de ocupados de una provincia sea mucho mayor que el de empleos disponibles en ese territorio.

Los datos también permiten concluir, además, que esta movilidad que se produce en Castilla y León -y que en ciudades como Palencia supera al 9 % de los ocupados- "genera un reparto de rentas y afianza los lazos entre vecinos territoriales". "A medida que las conexiones sigan mejorando y el teletrabajo se afiance, es de prever que se consolidará", añade El Confidencial en sus conclusiones.