La Junta retiró en 2019 el primer nido de avispa asiática en Salamanca
Vespa velutina, el temible avispón asiático
Los profesionales prefieren encarar problemas de mayor calado mientras analizan los datos definitivos que revelan una gran caída del número de nidos capturados
A pesar de que el último trampeo realizado por la Junta de Castilla y León en 2019 ha dejado un dato inédito hasta la fecha con la retirada en Salamanca de un nido de vespa velutina, los apicultores charros no miran ese resultado todavía con preocupación aunque tienen claro que la llegada masiva de esa especie invasora, "que ya se encuentra en zonas del norte de Extremadura y Castelo Branco", es cuestión de tiempo.
Según explica el presidente de la Asociación de Apicultores Salmantinos, Castor Fernández, el colectivo al que representa prefiere ser más práctico y priorizar para seguir tratando de solventar viejos problemas enquistados. Es el caso de la bajada de los precios de las producciones; el mal etiquetado de la miel, "principalmente en las grandes superficies" y, sobre todo, la varroa, ese gran enemigo que mata cada año más colmenas.
Alerta ante un peligro creciente
Los datos de 2019 son esperanzadores con un descenso de nidos capturados superior al 50 % al pasar de las 4.056 capturas de 2018 a las 1.792 del pasado año. Sin embargo, ante el peligro que representa la presencia de avispa asiática en Comunidades Autónomas próximas a Castilla y León, la Junta tomó cartas en el asunto en 2016 poniendo en marcha un mecanismo de vigilancia activa para detectar y anticiparse a la llegada masiva de este insecto. Para Comunidades como Galicia o Asturias ya es tarde pues el avispón ha colonizado gran parte de la cornisa cantábrica. Los expertos, resignados, hablan de adaptarse a una convivencia que tarde o temprano se va a tener que dar pues la expansión de la vespa velutina "es incontrolable".
La figura del apicultor colaborador y los servicios veterinarios oficiales han ayudado a crear un sistema de monitorización y trampeo representativo que ofrece información sobre el posible avance de esta especie en la Comunidad. Desde 2017 ese trampeo se realiza en primavera y en otoño. El primero coincide con el momento en el que las avispas reinas salen de su hibernación. Para controlarla se han colocado 112 trampas en las cercanías de explotaciones apicolas de las zonas consideradas de riesgo de entrada del llamado avispón asiático. Además, existen también otras zonas centinela alejadas de los lugares de riesgo para detectar también la posible expansión por otros medios como es el transporte, precisamente la forma en la que ese insecto, según apuntan las investigaciones, llegó a la Península Ibérica pues está prácticamente demostrado que en Europa entró como 'polizón' de un barco chino que atracó en Burdeos allá por 2004.
En el caso del trampeo de otoño coincide con el periodo en el que las futuras reinas y los machos que las fertilizan realizan vuelos nupciales para abandonar después del nido en busca de nuevos territorios en los que asentarse antes de hibernar. Y esos datos indican que en el trampeo de otoño se realizó una captura en Salamanca, la primera en los últimos cuatro años.
El verdadero problema se encuentra en Burgos, donde rondan ya cerca de 8.000 nidos retirados en estos cuatro años. Ese está siendo el laboratorio para el resto de la Comunidad que ve el futuro con esperanza porque el tiempo, aseguran los apicultores charros, "juega a nuestro favor pues, mientras más tarde en llegar la avispa asiática a Salamanca, los métodos para detectarla irán mejorando paulatinamente".